De pronto el boxeo argentino parece dar un salto de calidad, quizás de audacia.
Uno ve que se armó una pelea que hasta hace poco parecía imposible, o que en las veladas pasan cosas que antes no pasaban. Por ejemplo, que el púgil de un promotor pelee bajo la organización de otro.
¿Qué está sucediendo?
La sospecha se materializó con la concreción de un choque deshabituado para el boxeo casero: la del -hoy en día- mejor púgil del país en cuanto a futuro inmediato, “La Joya” Miguel Barrionuevo, vs el pegador santacruceño Adrián “El Chucky” Verón, considerado el año pasado por la UPERBOX como una de las revelaciones, y galardonado con el premio al KO del año.
Ambos son campeones latinos: uno del CMB (Barrionuevo) y otro de la OMB (Verón).
La noticia aportó un golpe de aire fresco en las almas de los amantes del boxeo de este país.
Pero no será sólo eso: además de ser por el título argentino welter que ostenta Barrionuevo, se firmó la revancha en 60 ó 90 días. Es decir, no habrá una, sino dos peleas.
La primera la organizará Mario Margossián -mánager de Verón-, el 7 de octubre venidero con sede bonaerense a confirmar, y la segunda Sampson Lewkowicz –el de La Joya-, seguramente en Catamarca, donde en realidad iba a ser la primera.
Este choque, un año atrás era impensable, algo que más de una vez hasta hemos escrito como una utopía.
¿Por qué este cambio? ¿Será magia?
Resulta que hace poco se reprogramó el contrato entre TRISA (Tele Red Imagen SA, que comprende a TyC Sports) y la FAB, que los une desde 1992. Y coincide con los 25 años del ciclo “Boxeo de Primera”, que se formó incluso 2 años antes que el propio canal (TyC), lo que está generando toda una movida de imagen y optimización de contenidos.
Es más; TyC Sports hasta necesita reforzar la imagen de la “marca” FAB, por lo cual ha instrumentado una serie de requisitos y concesiones que tienen que ver con el marketing, publicidad, segundos de pantalla, promociones, etc. Pero una de las cosas fundamentales es fortalecer el nivel de las programaciones boxísticas, aunque el piso del boxeo tiene un rating altísimo, cercano a los 2 puntos.
Una de las condiciones de TyC es que en todas las veladas haya un título en juego, sea cual fuere.
Otra, jerarquizar los títulos argentinos y sudamericanos, dándoles prioridad.
Pero la más importante es el nivel de las peleas y los protagonistas en sí, para lo cual la excusa eterna fue siempre la escasez de dinero.
Pues bien. TyC decidió -junto a la propia FAB-, intervenir en el tema, no como matchmaker, sino como facilitador empresarial, y acordar con los respectivos promotores las bolsas según cada evento. De ese modo, éstas dependerán de su jerarquía. A mejor programación, mejor bolsa, y viceversa, negociándolas cada una en particular.
Se está volviendo a la época pre promotores de fines de los ’90 y principios de 2000, cuando la FAB oficiaba de organizadora y programadora neutra a la vez. Bendito sea.
Es que por el camino en que se estaba transitando, el boxeo iba hacia su extinción y empobrecimiento, porque ya ni para el negocio servía, cosa que están comprobando en carne propia los promotores.
Mas como todos están enemistados entre sí, nadie quería dar el brazo a torcer respecto del otro, ni declararse en emergencia. De allí que mientras la FAB y la pantalla intercedan, harán de paraguas y así los acuerdos entrarán a proliferar, mejorando programaciones sin que los orgullos de nadie queden mancillados.
El problema será ver con qué otros púgiles seguimos, habida cuenta de que lo mejor del país está entre las divisiones welter y superwelter. Y que en su mayoría, las grandes promesas las posee el Team Maidana, con los hermanos Castaño, TNT Maidana, “La Joya” Chaves, Javier “La Bestia” Maciel –todos estos entre 66 y 69 kg-, además de los Jesús Cuellar (pluma/superpluma, quizás ligero en breve), Neri Romero (ligero), Sebadtián Heiland (mediano) y otros de menor renombre.
¿Pero haría alguna vez el promotor Sebastián Contursi pelear a sus púgiles entre sí? –No da esa sensación-. ¿Le permitirá a los suyos entonces cruzarse contra los de otros promotores argentinos? De no ser así, ¿será cuestión de plata, de sobreprotección, o de conveniencia? Sería elemental para nuestro boxeo destrabar esta importante pata.
Cabe acotar que al menos sus pupilos dejaron de tener vedado pelear en el país, y su acercamiento (casi una especie de sociedad) con Los Rodriguez Boxing Promotions, hace que la mayoría de sus púgiles peleen cada vez más en sus veladas, jerarquizándolas. Lo de hacerlo en USA parece haber quedado como algo pasajero y anecdótico.
Lo cierto es que la mayoría de los promotores siguen teniendo temor a la derrota de sus boxeadores, ya sea por miedo al retroceso en los ránkings mundiales –falso-, o porque los records imbatidos se cotizan más en el mercado, son más “vendibles” y se pueden pedir mejores bolsas.
Es una visión miope, aplicable a quienes se presume que tendrán pocas chances de victoria y sólo piensan en una pelea mundialista para explotarla económicamente lo más posible, y no en la conquista del título.
Lo otro que deberá ajustarse si se quiere recuperar la credibilidad, además del nivel de oposición de las figuras, serán los fallos y su falta de neutralismo -a veces- según quién organice.
El viernes pasado perdió Carolina Duer, aunque por un escueto punto y en fallo dividido, lo que denunció la intención de tener un colchón de puntos a su favor. Lo bueno es que éste perdió grosor. Y por la salud del boxeo argentino, si el espesor es cada vez más delgado, el granito de arena será cada vez más gigante, si se quiere construir una montaña.