Un domingo de sol, un gran plan de pesca, amigos a bordo y buenos piques de bagres de mar en pleno Río de la Plata, son lo más cercano que hay a un plan perfecto. Pero si a eso le sumamos al mediodía, justo cuando "pica el bagre", que el guía nos haga unos bifecitos a la criolla servidos en pan pita, directamente estaremos tocando el cielo con las manos. Eso es precisamente lo que vivimos el pasado domingo con Christian "El Poyo" Veltri, notable guía de zona Norte del Riopla, quien nos llevó a pescar bagres de mar a un rendidor punto ubicado aguas arriba de la isla Martín García.
Porque a las virtudes antedichas como guía y cocinero, hay que sumarle el dato no menor de que este profesional no escatima gastos en combustible a la hora de buscar la pesca, precisamente allí donde está.
La cosa empezó temprano en la guardería de Tigre, donde nuestro guía guarda la hermosa Regnícoli Marea en la que lleva a los clientes. Este es otro punto favorable: no es lo mismo navegar en un tracker que en una lancha considerada la mejor para pescar en aguas rioplatenses. La navegación, que de por sí es larga (1,30 h), se hace placentera entre la mateada y una embarcación que no golpea los riñones, mientras vamos disfrutando de la hermosa geografía que tiene nuestro delta y que es un regalo extra para los ojos.
Finalmente, llegados al punto elegido, la confluencia de los canales Buenos Aires y Del Infierno, que rodean nuestra Martín García, realizamos las maniobras de anclaje y empezamos a armar equipos, consistentes en cañas de 2,40, reeles rotativos tipo 6500 con multifilamento Power Pro de 30 libras. Es importante usar multifilamento y no nailon porque el nailon junta mugre por su mayor grosor y evita que por efecto de la corriente las plomadas fondeen adecuadamente. El guía nos proveyó de las líneas adecuadas, con plomos de 220 gramos en formato de pirámide invertida, que evitan que por efecto de la correntada se atore la mugre que corre abajo. Encarnamos calamar en tiritas, rematando con dos o tres tentáculos.
Y junto a mi compañero de pesca en esta ocasión, Leandro Beresiarte, de Casa El Delfín (de Flores) y representante de la firma Zuvis, arrojamos los aparejos y colocamos las cañas en los posacañas traseros. En tanto, degustamos facturas, seguimos la mateada, y enseguida empezaron las emociones: el bagre anticipa su pique con dos o tres toques que nos dan tiempo a tomar las cañas, y luego sí, lleva franco y tras la clavada empieza una fantástica pelea de fuerza.
De dos a cuatro kilos pesaron las piezas que picaron en ráfagas, con varios piques seguidos y luego compases de espera.
La frecuencia de piques nos mantuvo muy entretenidos, pues entre peleas, filmaciones, fotos y devoluciones, se nos pasó la mañana volando.
Cabe destacar que esta especie marina penetra al estuario rioplatense y luego remonta los grandes ríos Paraná Guazú, Bravo y Uruguay con fines reproductivos, por lo que llamamos a la conciencia de los pescadores para evitar masacres indiscriminadas de esta sufrida especie que ya tiene bastante con la presión de los comerciales.
En este relevamiento sacrificamos sólo dos ejemplares, mientras que el resto de la pesca volvió a su medio. Así las cosas, los invitamos a aprovechar la pasada del bagre de mar por el Río de la Plata, con un guía de primera con quien pasarla mal es imposible. Vaya y disfrute.