Chile salió hecho una tromba. Impulsado por la inercia de su fantástica goleada ante México, decidió sorprender a Colombia con su determinación ofensiva y, en seis minutos, logró ponerse en ventaja casi como consecuencia de esa furia. Fuenzalida trepó por la derecha, mandó un centro pasado hacia la posición de Alexis Sánchez, Cuadrado,lo anticipó pero no hizo más que dejarle el balón servido a Aránguiz para que, cara a cara con Ospina, anotara el 1 a 0.
Colombia, lejos de reaccionar, siguió en estado de sopor. Y Chile sacó provecho de ello: apenas cuatro minutos después, Alexis Sánchez apareció libre sobre la izquierda y sacó un zapatazo que se estrelló en la base del poste derecho de Ospina que no llegó a desviar, el rebote lo tomó Fuenzalida y estiró a dos goles la ventaja. El trámite favorecía claramente a Chile que parecía resuelto a dar otra paliza para acceder a la final.
Pero promediando esa primera parte, James Rodríguez empezó a entrar más en juego y, de a poco, Colombia se acercó con peligro al arco de Bravo. A tal punto que sobre el cierre de la etapa, entre un remate de Roger Martínez, otro de Arias y uno de James, logró acumular méritos como para achicar la diferencia. Pero Colombia se fue 0-2 al descanso, cuando ya se veía el cielo violeta y amenazante.
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Después llegó la lluvia, los rayos, la amenaza de tornado y la suspensión por casi dos horas y media, con la incertidumbre lógica de si el partido iba a continuar o pasaba para hoy su conclusión.
En definitiva la organización, viendo que el clima mejoró y la amenaza de tormenta fuerte se disipó, decidió seguir las acciones anoche mismo. Un nutrido grupo, secadores en mano, se encargó de la tarea de quitar el agua del campo de juego y a las 0.25 de la Argentina el encuentro se reanudó. Colombia, con un cambio ofensivo, salió decidido a revertir la historia, pero antes de los diez se quedó precisamente con diez por expulsión de Carlos Sánchez. Peor imposible para los de Pekerman.
Mejor imposible para los de Pizzi. Así Chile esperó tranquilo y de contra pudo aumentar. La Roja está otra vez en la final de Copa América frente a la Argentina. Esta vez la albiceleste tiene que tomarse desquite.