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El presidente de Bolivia, Evo Morales, desestimó una eventual intervención del fútbol nacional, sumido en una profunda crisis dirigencial, un día después de que la FIFA advirtiera con sanciones ante una eventual injerencia del gobierno en asuntos deportivos.
“Yo jamás he pensado en intervenir, no vamos a intervenir, pero también tenemos derecho a opinar para que pueda mejorar el fútbol boliviano”, dijo Morales en la inauguración de unos juegos deportivos estudiantiles en una zona agrícola del país.
Morales se mostró sin embargo decepcionado por la conducción del fútbol: “hay tanta pelea porque algunos dirigentes viven del deporte y no viven para el deporte”, deploró.
Las cúpulas de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y la Liga Profesional del Fútbol Boliviano (LPFB) pretenden reelegirse hoy para un nuevo mandato de cuatro años, a pesar de las fuertes críticas de diversos sectores y una huelga de hambre de dirigentes de cinco asociaciones regionales.
“Si ellos tienen moral y autoridad, esa elección debían suspender porque el fútbol es integración, unidad. Si los dirigentes están peleándose qué unidad, qué integración pueden garantizar para el pueblo boliviano”, opinó.