"De milagro la estoy contando. El impacto me tiró al piso e inmediatamente me toqué y me palpé para ver si la bala se me había metido en el cuerpo", señaló el entrenador al medio TN.
El brutal acto de violencia se originó en la parte final del segundo tiempo, cuando el partido ya estaba sentenciado 3 a 1 a favor del local. El árbitro Pablo Núñez detuvo el juego por las corridas en la tribuna, luego, comenzaron los disparos.
Uno de los tiros impacto en Mauricio Romero, quien cayó en el pasto. El asistente técnico logró asistir a su compañero y trasladarlo fuera de la zona de peligro, para que recibiera la asistencia correspondiente.
"Se escuchaban los balazos. Una bala me llegó y tuve la fortuna de que me agarró con el brazo abierto y me pasó por la axila. Si me agarraba de otra manera podría haber sido un desastre. Lo primero que se me cruzo por la cabeza fue mi familia y mis tres hijos, fue un momento aterrador", narró Romero.
En un comunicado Ferro de General Pico agradeció el apoyo recibido y llevó tranquilidad a todos sus hinchas al informar que el DT Mauricio Romero y toda la delegación “están fuera de peligro”.
"Evitemos una tragedia, esta fue una nueva advertencia. La vida no se negocia, menos aún, practicando un deporte", concluyó Ferro de General Pico en su comunicado.