enviado especial a Salta: LEONARDO PELUSO
Después del empate ante Gimnasia de Jujuy, River afrontó su segundo amistoso de pretemporada y pudo ganar. Ayer jugó ante Central Norte de Salta, en un cotejo que forma parte de un triangular que completa Juventud Antoniana, y si bien no brilló, ganó fácil por 3 a 0 con los tres primeros tantos de Leandro Caruso con esta camiseta. Mientras esperan por Mariano Pavone, el ex Godoy Cruz y Vélez demuestra que está para jugar, a pesar de la polémica y las sospechas de que no había pasado el examen físico. Para completar este mini certamen, mañana se jugará el clásico entre Central Norte y Juventud Antoniana y el domingo terminará con el juego que enfrente a los Millonarios con el otro conjunto de Salta.
La intención de los porteños era mantener la redonda y pensar en el arco rival. Sin embargo, las imprecisiones eran la moneda corriente en los primeros instantes y es por eso que los locales aguantaban lejos del arco de Maino. Se notaba la falta de rodaje de los de Angel Cappa, que todavía tienen mucho que mejorar.
Se veía que el mensaje era jugar la pelota a ras del piso y tratar de crear por abajo. Buonanotte y Ortega eran los que más peligro causaban y justamente con la acción de uno de ellos, llegaría la primera clara. El “Burrito” metió un pase bárbaro que encontró a Affranchino, quien no pudo definir.
A pesar del dominio territorial y del balón, a los de Núñez les costaba mucho crear jugadas de gol, ante un rival que recién en la última temporada ascendió al Torneo Argentino A. La diferencia de jerarquía entre uno y otro estaba a la vista, pero con esfuerzo y una buena disposición defensiva, los salteños aguantaban bien a su oponente y casi no sufrían.
Es más, en una de las pocas veces que se animó a atacar, Zerrizuela casi queda mano a mano con Carrizo, pero salvó Almeyda. La etapa inicial se fue entre bostezos. Uno quiso y no supo y el otro estaba satisfecho con enfrentar a uno de los dos conjuntos más grandes del país.
Para destacar sólo quedaba un centro de Affranchino que se fue cerrando y terminó pegando en el travesaño y un penal no cobrado por una clara mano de Campos en el área, tras un tiro libre de Buonanotte. No pasó mucho más en un primer tiempo mediocre.
Todo cambio
Cappa puso en cancha al pibe Lanzini y a Leandro Caruso para intentar tener más precisión arriba y llegar con mayor frecuencia. Y en los primeros instantes del complemento logró lo que había buscado en la etapa anterior. Tras varios rebotes, Buonanotte habilitó a Caruso que marcó su primer tanto con la camiseta de la banda.
Con la ventaja parecía imposible imaginar una reacción de los salteños. Es que por más que tengan mucha voluntad y amor propio, es notoria la diferencia entre los jugadores de un plantel y los del otro. Con este panorama lo volvió a tener el goleador, que la quiso picar de zurda y se le fue. Después del tanto, River mostraba su mejor cara en el partido.
El segundo llegaría luego de un grave error de Fretes, que se cayó y se la dejó a Caruso, que volvió a anotar. El delantero demuestra que querrá darle pelea a Mariano Pavone, que en principio llegaría para ser el titular. Sin embargo, la efectividad del atacante fue total, ya que jugó sólo 45 minutos e hizo tres goles, cerrando el resultado sobre el final.
Por eso, fuimos coherentes en nuestra crítica con la marcha oficial calibrada por la comisión de árbitros de la copa. Nunca fuimos a contramano y buscamos no ser extremistas, ni siquiera en aquellos casos donde árbitros como el francés Lannoy, el natural de Mali Coulibaly y el inglés Webb antes y durante la final, lo hubiesen justificado. Claramente, apreciamos al español Alberto Undiano Mallenco como el mejor, y al japonés Yuichi Nishimura y a Baldassi entre los más destacados, lote que hacemos extensivo al húngaro Víktor Kassai y al portugués Olegario Benquerenca, y con pocos partidos en relación a los más encumbrados, al chileno Pablo Pozo -que se recuperó en pleno Mundial de una lesión muscular y pudo dirigir y lucirse- al colombiano Oscar Julián Ruiz y al uzbeco Ravshan Irmatov, el árbitro de más presencias, cinco, contabilizándose entre ellasel cotejo inaugural entre Sudáfrica y México. También anticipamos que las características inglesas de Howard Webb, de ser técnicamente bueno pero flexible en lo disciplinario, de dejar hacer, se extenderían en la Copa como es tradicional en los árbitros británicos, y ese detalle se notó claramente en la final entre Holanda y España, a contramano de aquellos postulados iniciales.
la conexion local
La cuestión es ver si este nivel de arbitraje mundialista, de 5,73 puntos, por encima del nivel argentino, precisamente se trasladará a nuestro ámbito. Se viene otra etapa, con un Colegio de Arbitros de Romo disuelto, que pasa a ser una Comisión de Arbitraje presidida por Julio Grondona y coordinada por Francisco Lamolina, con Abel Gnecco, Gustavo Bassi y Carlos Coradina como miembros asesores, que veremos si sabe convivir con el ala técnica encabezada desde la Dirección de Formación Arbitral de Miguel Scime. Veremos si Baldassi marca ejemplo o si continuarán las variantes locales de ese arbitraje internacional que se ve cada cuatro años. Veremos...
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