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El serbio no encontró obstáculos ante el sudafricano Kevin Anderson y se llevó la corona en Wimbledon con un cómodo 6-2, 6-2 y 7-6 (3). Con sus 13 títulos de Grand Slam, desde hoy regresa al Top 10.
Novak Djokovic estaba desconsolado y lesionado cuando se fue de Wimbledon en 2017, tras renunciar en los cuartos de final debido a dolores en el codo derecho que posteriormente le tendrían que operar. El serbio se sintió tan desanimado por su eliminación en el Abierto de Francia el mes pasado que impulsivamente prometió que no acudiría a los torneos sobre césped. Afortunadamente para él no cumplió esa promesa. Ahora está de nuevo a su mejor nivel y es campeón en La Catedral por cuarta vez. Nole puso fin a una sequía en los Grand Slams que se extendió más de dos temporadas, luego de alcanzar una cómoda ventaja este domingo sobre el sudafricano Kevin Anderson, resistir y vencerlo 6-2, 6-2, 7-6 (3). De hecho, es su 13º Grande y el regreso al top ten. Desde hoy es el 10º de la ATP.
“Tuve muchos momentos de duda y no sabía si realmente podría recuperarme a un nivel para competir”, dijo Djokovic. Anderson pudo extender el partido al 4º set pero desaprovechó 5 set points. Sin embargo, Djokovic se mantuvo firme y luego fue superior en el tie break como lo fue durante la mayor parte de la soleada tarde.
Este 13º Slam para Djokovic, lo ubica cuarto en la historia del tenis, detrás de los 20 de Roger Federer, 17 de Rafael Nadal y 14 de Pete Sampras. Es su primero desde que logró el Abierto de Francia de 2016. Después de ese torneo, el serbio pasó apuros con la primera gran lesión en su carrera, la cual lo obligó a guardar descanso el segundo semestre de 2017. Finalmente fue operado en febrero de este año, y a medida que acumulaba derrotas, descendió de los primeros 20 del ranking por primera vez en más de una década. Hoy la ATP lo reposicionará. No caben dudas que irá por más. Djokovic está de vuelta.
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