El Presidente blanqueó ayer que no podrá cumplir durante este mandato una de las promesas que hizo al asumir: la referida a una sustancial reducción de la pobreza. "Tenemos meses difíciles por delante", anticipó.

En paralelo a la difusión de los datos de pobreza que informó el INDEC, con una suba en el primer trimestre de este año del 25,7% al 27,3%, el presidente Mauricio Macri recitó un calculado discurso en Casa Rosada en el que reconoció que las próximas dos mediciones de pobreza, previstas para marzo y septiembre de 2019, volverán a mostrar un aumento en el número de carenciados como consecuencia de lo que llama una “tormenta”, pero que, en los hechos, es una crisis económica con alta inflación y un freno de la actividad.

De alguna manera, el jefe de Estado blanqueó que no podrá alcanzar el objetivo de gobierno que se había trazado al comienzo de su mandato -en los hechos le quedará, si no es reelegido, la medición del segundo semestre de 2019 que se conocerá recién en marzo de 2020- pero explicó que con las reformas fiscales en marcha está trazando “los cimientos” para que un futuro gobierno pueda avanzar en esa ambiciosa meta luego de la perimida “pobreza 0”.

Para atender “la emergencia” en el corto plazo, como también la definió, anunció un refuerzo en la AUH y los planes sociales para diciembre próximo.

“Tenemos meses difíciles por delante, pero nuestro objetivo sigue siendo el mismo que tenemos desde el primer día: nuestra meta es y va a seguir siendo siempre reducir la pobreza. Desde que asumimos tuvimos momentos de avances, en los que logramos que la pobreza baje, y esto nos alentó a seguir trabajando, junto a millones de argentinos, que todavía seguían y siguen viviendo en una situación difícil. Ahora -a raíz de esta tormenta- sabemos que las cosas van a tardar más, los resultados que iba a llegar antes, ahora van a demorar y los indicadores de pobreza, de las mediciones de marzo y septiembre, también van a mostrar retrocesos”, fue la explicación que dio Macri durante un discurso que se prolongó durante 7 minutos.

El blanqueo del fracaso en la reducción de la pobreza fue calculado y no se privó de criticar, sin nombrarlo, al kirchnerismo que no medía el fenómeno y prefería ocultar los datos “debajo de la alfombra”. Desde bien temprano, se ubicó al lado del telepronter transparente en el que leyó el primer mandatario, la fonoaudióloga oficial Micaela Méndez que lo ayuda a mejorar la dicción.

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Poco antes de las 9 la comunicación oficial anunció una conferencia de prensa de Macri a las 16.30 pero minutos después se corrigió por "una declaración a la prensa" y que dos ministros iban a responder preguntas.

Finalmente se sentaron en la primera fila del Salón de Pueblos Originarios Dante Sica (Trabajo y Producción) y Carolina Stanley (Salud y Desarrollo Social). No hubo otros integrantes del gabinete ni Marcos Peña, que desde hace un mes bajó el perfil ostensiblemente; sólo acompañó el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis.

Al referirse al principal objetivo de gobierno, el Presidente recordó que el primer registro de su administración, luego de la intervención estadística K, dio 32,2%, y aseguró que “ni siquiera ese dato era real” dado que reflejaba una realidad “maquillada” por “una inflación contenida disfrazada de cepos o tarifas insostenibles”. Con todo, en el Ejecutivo admitieron hace meses que el número de pobreza que preocupa es el del segundo semestre de este año que se conocerá a fines de marzo de 2019, en el arranque de la campaña electoral.

En este sentido, el oficialismo deberá afrontar una campaña presidencial con ese dato: el fracaso en el primer objetivo de gobierno. Por eso, en la sede del PRO de Balcarce y Belgrano ya comenzaron los aprontes de los equipos de campaña que evitarán propuestas sobre la economía y apostarán a destacar las obras en marcha y seguir apostando al cambio. Para ello necesitarán enfrentarse con el pasado y por eso le prenden una vela a la candidatura de Cristina Kirchner.

Acerca de la posterior conferencia de prensa, no hubo tampoco demasiadas precisiones ni anuncios de medidas para la clase media: Sica negó reapertura de paritarias, pero indicó que apuestan a las cláusulas de revisión del 85% de convenios ya acordados, a “cuidar el empleo” por lo que incrementaron la asistencia con los subsidios REPRO a empresas en dificultades para que puedan garantizar la continuidad de su plantilla.

Stanley no dio precisiones sobre la aplicación a fin de año de la salvaguarda prevista en el acuerdo del FMI, en caso de que se deterioren en demasía las condiciones sociales, que posibilitaría la inyección de unos $13 mil millones para ayuda social. En el gobierno no lo descartan pero no quieren anticiparse a un escenario de mayor conflictividad social.

Tampoco informó sobre los montos a pagar a los beneficiarios de AUH y de programas sociales, como Haciendo Futuro, a pagarse antes de las Fiestas de Fin de Año.

Cuando fue consultada sobre la restricción a la tarifa social de gas, publicada ayer en el Boletín Oficial, dijo que “quienes mantengan su consumo seguirán” beneficiándose con ese subsidio. Sin embargo, la reforma apunta a restringir las bonificaciones a quienes aumenten “el bloque de consumo”, que es definido según cada región del país.

Aunque Sica reveló que siguen en conversaciones con los jefes sindicales, a pocos días del cuarto paro general contra Cambiemos, deslizó que el vínculo con el sindicalismo proseguirá con "reuniones sectoriales", de hecho mencionó la ocurrida ayer a la mañana con la UOM y la cámara de las metalmecánicas, rechazando un acuerdo de precios y salarios con la cúpula de la CGT.

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