Una caravana de autos formó parte del cortejo que acompañó el cuerpo de Franco Moreyra hasta el cementerio, pero antes protagonizaron un episodio, que generó incidentes, cuando decidieron dirigirse al estadio Centenario de Quilmes A.C. para despedir al joven, hincha del Cervecero y sindicado como miembro de una de las facciones de la barrabrava, conocida como "La Banda de Villa La Vera".
La idea de "darle el último adiós a Piolo en la cancha de Quilmes", en abierta violación al aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia del Covid-19, pudo ser llevada a cabo "a medias", debido a que cuando los coches llegaron a las inmediaciones del estadio, los tres móviles policiales que seguían de cerca los movimientos del nutrido cortejo fúnebre intervinieron para que continuarán la marcha, tal lo previsto.
Entonces, se vivieron ciertos momentos de tensión, ya que muchos de los amigos, allegados y familiares de Franco "Piolo" Moreyra se bajaron y pretendieron hacer un acto simbólico, a pesar de la pretensión de entrar a las tribunas y colocar el féretro por algunos minutos para concretar el "sepelio barrabrava". Luego de algunas "negociaciones" con la Policía y efectivos del Ejército Argentino, que se encuentran alojados en el estadio Centenario en el marco de las tareas de asistencia a la población frente a la emergencia sanitaria, la caravana se retiró.
Además, al llegar al cementerio, que se encuentra vedado al acceso al público por la pandemia del coronavirus, todos los que participaban del cortejo fúnebre quisieron ingresar y allí el personal municipal les indicaron que por el protocolo sólo tres personas se encuentran autorizadas para entrar a darle el último adiós al fallecido, generándose otro intercambio de palabras por varios minutos, hasta que la situación se calmó.