Karina Abregú cobraba un ingreso por la Anses equivalente a una jubilación mínima. Pero desde febrero ya no le acreditan el dinero. Nadie la escucha y necesita asistencia con extrema urgencia.

Karina Abregú se convirtió en un referencia para la lucha por la erradicación de la violencia machista en la Argentina. Su historia comenzó el primer día de 2014, cuando su esposo Gustavo Albornoz la roció con alcohol y posteriormente la prendió fuego. Su cuerpo ardió en llamas, pero ella pudo zafarse del agresor, correr y arrojarse a un pileta para apagar las llamas. Estuvo seis meses luchando por vivir en un hospital, fue operada en estos años más de 100 veces soportando dolores infinitos. El calvario se completa con el desdén que padece desde las instituciones del Estado. Ahora, continúa reclamando para que le devuelvan su pensión por sobreviviente de femicidio, que no cobra desde el mes de febrero y le pide ayuda directamente al presidente Alberto Fernández.

Se trata puntualmente de una denominada por la ANSES "pensión transitoria", que tiene el valor de una jubilación mínima, y que fue conseguida por Abregú tres años atrás luego de muchísima lucha con las autoridades anterior. Resulta que en febrero pasado, la mujer, que tiene el 55% del cuerpo con cicatrices por las quemaduras, concurrió al cajero a cobrar y no había nada. Luego, en la institución que dirige Alejandro Vanoli le informaron que estaba dada de baja.

"En febrero fui a cobrar y me encontré con la cuenta en cero. En la Anses me dijeron que la había dado de baja la gestión anterior. Entonces empezó de nuevo el trámite, pero me dicen que puede demorar un año y medio. Tengo un hijo chiquito, que necesita medicación por un problema respiratorio y yo misma tuve que suspender mi medicación. Entiendo que el presidente Alberto Fernández se ocupe hoy de la pandemia, pero le pido por favor que se haga un ratito para que yo pueda volver a recibir ese ingreso, que no me resolvía todo lo necesario, pero al menos podía organizarme un poco. Y tenía la obra social. Ahora no tengo nada, ni siquiera puedo comprar alcohol o lavandina para cuidarme del virus’, dijo Abregú.

Toda la historia de Karina viene acompañada de lucha. Como se explicó, fue tanto lo que peleó para que el Estado le brinde una pequeña ayuda, que a veces se quedaba sin fuerzas. ‘Pasé de todo, mucha malasangre. Me mandaban a llenar planillas, me llamaban para entrevistas en oficinas donde después no me resolvían nada. Me trataban mal, incluso. Decían que yo era violenta, loca. Y yo que intento desde que me salvé del femicidio mantenerme de pie, por mi y por mi familia. Tal vez sería más sencillo para el sistema que el femicida Albornoz hubiera cumplido su objetivo de matarme, pero no. Acá estoy viva, y lucho por mí, pero también por cientas como yo que seguimos vivas de casualidad. Me operaron más de 100 veces, me tienen que seguir operando. Mucho dolor, tanto que no puedo describirlo en palabras’, explicó la mujer.

Su actual pedido al presidente Alberto Fernández, pero también a Vanoli de la Anses y a las autoridades del Ministerio de la Mujer, es derivación de un recorrido cansador e infructuoso por distintas oficinas públicas. ‘Lo que me dieron en un momento, hace tres años, fue una pensión provisoria, por un valor equivalente a una jubilación mínima. No me importa el nombre que le pongan al ingreso, lo real es que lo necesito para sobrevivir. Yo no puedo trabajar desde que resulté quemada. Me acuerdo que en una oportunidad me ofrecieron una máquina de coser, y yo no podía levantar los brazos por las quemaduras. Todo tipo de maltrato tuve que soportar. Y jamás hubiera pensado que me lo sacarían ahora que gobierna Alberto Fernández’, dijo Abregú.

Por el ataque machista con alcohol y fuego, Karina resultó con el 55% del cuerpo afectado por quemaduras. ‘En ANSES te piden el 70% para reconocerte como persona con discapacidad. Así de insólito funciona el sistema. Por eso es transitoria mi pensión, y no definitiva. No les importa que no puedo trasladarme, que tengo problemas emocionales graves, que muchas veces realmente no quiero seguir luchando. Que estoy viva porque logré liberarme de Albornoz mientras me prendía fuego y me tiré en la pileta con agua. Ojalá el presidente me escuche y disponga que la ayuda se active rápido", manifestó la mujer.

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