"Pese a que la de Lima era mi primera largada en un Dakar, quise vivirla como una más, pero es como jugar un Mundial", afirma. "Desde Lima tuvimos que hacer 80 kilómetros hasta Chorrillo en donde estaba el vivac. Sólo había piedras, vallas, océano y montañas. Pero, de repente, tras una curva, había miles de personas esperando. Fue muy fuerte y emocionante, ya que creíamos que no había nadie y de repente te aparecen miles que te ovacionan... Fue fuerte", rememora.
Ariel Ciampi no pudo pasar de la segunda etapa en la edición 2013 y así lo recuerda. "En la segunda etapa, Pisco-Pisco, tuve un problema con el Iri Track (una unidad de rastreo que coloca la organización). Ese sistema se puso en corto y me comió la batería. La moto se me quedó arriba de una duna, a unos 40 metros. La bajé como pude, desarmé y encontré que se había quemado el embrague", relata.
"Faltaban 30 kilómetros para cerrar la etapa, y en ese lugar nos quedamos varios, entre ellos José Luis Di Palma. Nos quedamos todos ahí, y a las 3 de la madrugada nos rescató un camión de la organización", asegura Ariel Ciampi, quien ahora espera que la historia resulte diferente.i