Alejandro Gardinetti, un campeón del humor

"El humor puede cambiar según el horario, pero trato en sí de mantener un estilo, de dar a entender, de no decir malas palabras, de hacer chistes cortos. Si me das 3 minutos prefiero meter 8 chistes cortos de 30 segundos y no uno de 4 minutos. Si ese día hay un tema escabroso como el del crimen del country ni lo toco, no hago el humor con eso así como tampoco hago chistes con Malvinas ni con el SIDA. Y si puedo también evito la política", dice reconociendo límites a la hora de arrancar una sonrisa.

"Imitaciones no hago ahora. Antes imitaba a Mareco, a Verdaguer, a Marrone... pero después me fui tirando más para el chiste", sentencia este especialista.

Y puesto a comparar si la eficacia de un chiste está en su propia estructura o en el modo en que se narra, es bien gráfico al decir que "es un 50 y un 50 en cuanto a la interpretación del chiste y en cuanto a la estructura del chiste. Pero importa quién lo cuenta también. Y el momento, el sentido de la oportunidad. Hasta el chiste picante tiene que contarse en un sentido oportuno".

Gardinetti es una verdadera máquina de tirar chistes cuando está haciendo una presentación. Ordenarlos, concatenarlos en un sentido y -sobre todo- no fallar nunca en un remate, es un verdadero talento innato: "Memorizar es un don que me ha dado Dios, no me doy cuenta cómo hago para almacenar tanto. Porque de cada chiste, incluso me acuerdo quién me lo contó. En Gracias por Venir, Gerardo Rozín me puso a prueba: hizo un programa llamado Tributo al Chiste, en donde invitó a varios humoristas. Y quiso saber cuántos chistes podía meter en 3 minutos. Y con interrupciones de él y todo, metí 20 chistes. Se puede ver en YouTube", se enorgullece.

Puesto a comparar el método de trabajo para los distintos medios, Gardinetti reflexiona: "El humor en radio es más pensado, tiene sus tiempos, uno sabe cuándo va a entrar en general más allá de alguna repentización que uno pueda hacer. La tele a veces te corta, tiene tiempos que no son los tuyos: uno prepara una rutina de 5 chistes, y piensa el orden para darles, y resulta que al tercero te dicen: 'Vamos a una pausa' y chau, te arruinaron lo que te guardaste para el remate".

Puesto a soñar con un futuro tan o más exitoso que este 2015 inolvidable, Gardi -como lo llaman todos- sentencia que "lo único que quiero es seguir creciendo, hoy en día hacer reír es una función social. Ir a un lugar y dejar a la gente contenta me encanta. Tratar de llegar a la mayor cantidad de público posible es lo que quiero. Pero como sueño especial, me encantaría tener un programa de TV, pero más que nada hacer un especial, aunque sea una vez sola, que lo "pase Crónica TV o quien sea".