Con los pechos al aire y en tanga, Sammy Braddy le sacó el gorro a Papá Noel... ¡y él ahora no tendría ganas de subirse al trineo! Las fotos, en esta nota
Desde que Sammy Braddy se mudó a su casa en el Polo Norte, Papá Noel ya no es el mismo. Casi no sale de su habitación y se lo ve cada vez menos, pero quienes más lo conocen aseguran que está más feliz que nunca. "No para con el 'ho, ho, ho'", dicen en su círculo íntimo.
Sus duendecillos empleados, sin embargo, no aprueban esta nueva versión de su viejo jefe "Santa". Señalan que cada vez trabaja menos y le echan la culpa a ella, a quienes apodan la "Yoko Ono de la Navidad". A tal punto que, advierten, podría boicotear la entrega de regalos de este año con una de sus armas más letales: ponerse su ropa y aprovechar la calefacción de la morada noelezca para pasearse en tanga y con los pechos al aire.
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