Con sus jóvenes 22 años, Delfina Chaves se proyecta como una de las promesas de la actuación. Es hermana de la conductora Paula Chaves y no se cuelga de ella para abrir puertas en el medio y pisar firme. A su corta edad tiene muy en claro lo que quiere, defiende a capa y espada las ficciones en las que trabaja. Contra viento y marea salió en defensa de la serie Edha (Netflix) frente a las durísimas críticas que recibió, en especial, su protagonista Juana Viale Del Carril.
Viene de los elogios de las dos temporadas de La Casa del Mar (Direct TV, 2015/16), donde logró su primer protagónico con la producción de Story Lab, la empresa que comanda Nacho Viale del Carril, en la que se puso en la piel de la hija de un diputado (con Darío Grandinetti). En el verano pasado fue la hija de Mariano Martínez en la exitosa tira de setenta capítulos de Telefé, Amar Después de Amar (2017), y un mes atrás le tocó -por primera vez- tropezar con Edha en la que le tocó ser la heredera del emporio del diseño de su madre (Juana Viale).
Frente la lluvia de críticas no dudo en ponerse la camiseta de Edha: “Mucha gente habla mal de la serie porque se engancha en una seguidilla de críticas y creo que es muy poco objetiva la crítica a Juana porque creen que estuvo por acomodo. Yo puedo asegurar que a todos nos hicieron casting de Netflix Estados Unidos, y allá no existe el acomodo”.
Y explicó su caso: “A mí me llegó el casting en marzo del año pasado, no se sabía casi nada del proyecto, incluso firmé un acuerdo de confidencialidad. Ya en la segunda instancia del casting me entero todo del proyecto, y de a poco voy sabiendo quiénes estaban”.
Pero, claramente, un tropezón no es caída y ella misma dice que “a mí la profesión no me para de dar gratas sorpresas. Para mí La Casa del Mar fue tocar el cielo con las manos, ADDA otro gran regalo y con Edha logré más confianza a la hora desarrollar un personaje. En las tres ficciones coincidieron en convocarme para interpretar a una hija conflictiva. En todas hice de una chica de distinta edad. Es que parece que soy fácil de lookear y puedo parecer muy chica o muy grande y eso está bueno para mí porque me permite indagar en mundos diferentes”.
Edha se desarrolla en el mundo de la moda, ámbito que conoce al dedillo porque ella misma en varias ocasiones es convocada para desfiles o campañas y, además, porque su hermana nació y creció en ese mundo, aunque hoy está dedicada a la conducción (acaba de estrenar el ciclo de cocina Bake Off, los sábados a las 22.30 por Telefé). Sobre los pasos del modelaje de Paula, su hermana tiene recuerdos muy vívidos y que la serie los aborda sin llegar a su profundidad: “Yo me acuerdo que ella sufría por los modelajes cuando le decían que estaba gorda. Mi hermana pudo soportar ese clima porque tenía muy en claro sus valores y dónde quería ir. Siempre quiso ser algo más que una modelo”.
Cuando llegó a Edha “yo estaba empapada en ese mundo. Tengo muchas amigas modelos y se sabe de la oscuridad de ese mundo. Es un ámbito muy exigente. La mayoría de las personas dicen que las modelos no trabajan y que la tienen fácil. No es así. Si te tomas el trabajo en serio, te vas a trabajar con las grandes marcas, pero no cambia el clima hostil que se vive. Y no está bueno porque, sin duda, repercute en la vida privada. No podés tener ningún desliz, es decir, engordar un gramo. Muchas chicas se enferman y, para colmo, esa es la imagen que se vende para una chica adolescente porque tenés que ser como la modelo. Se monta una parafernalia estrategia de marketing en pos de un estereotipo peligroso”.
En Edha el mundo de la moda tiene su contracara. La externa es el glamour, el lujo, la belleza; y la interna, la que no se ve, el mundo de los talleres clandestinos: “La gente de plata tiene su lado oscuro, como contratar gente en negro y que se trabaje en condiciones infrahumanas para sostener a las grandes marcas. Es ilógico ¿por qué contratan a gente para que laburen por dos pesos? En la ficción se muestra que esta maquinaria nefasta se pone en marcha gracias a la vista gorda de la justicia, la policía y la política”.
Chaves alterna el trabajo del modelaje con la actuación por los subas y bajas abruptas del trabajo del actor: “Son más los períodos con menos trabajo de actor que los frecuentes. Yo pago mi alquiler todos los meses y necesito comer todos los días. Lo hago porque también lo tomo como un juego, un arte. Pero yo soy actriz. El modelaje muchas veces me ayudó a pagar estudios de actuación y viajes”.
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