Más de 30 mil almas le dieron la espalda al Superclásico (aunque muchos lo siguieron por radio), para mudarse a la Ciudad de las Diagonales y vivir un momento histórico, la presencia de la banda liderada por
Ozzy Osbourne, con tres de sus miembros originales,
Ozzy (cantante, 64)
Tony Iommi (guitarrista, 65) y
Geezer Butler (bajista, 64),
por primera vez en la Argentina.
Si los músicos argentinos de
Horcas calentaron las primeras gargantas, la mimada
Megadeth (frecuente visitante en nuestro país), que comanda el colorado
Mustaine, acabó con la modorra, con su clásica
Symphony Of Destruction. Claro que el éxtasis del show llegó apenas pasadas las 9 de la noche. Integramente a oscuras el estadio, la voz distintiva de Ozzy invitó a los presentes con un eufórico 'Come on', a encenderse.
War Pigs, un himno distintivo de los vikingos, fue seguido por históricos y treintañeros en un repertorio que incluyó canciones de más de 40 años desde el surgimiento de la banda. En tal sentido los muchachos de Black Sabbath, no se guardaron nada. La excusa del último disco grabado en estudio en este año, '
13', fue el estímulo para volver al ruedo, pero sin perder la eficacia, ni el espíritu de Never Say Die, precisamente el realizado en 1978, antes de su distanciamiento.
Quien supo ser exponente por muchos años, de un reality particular en MTV,
The Osbournes, atravesó por todos los matices del heavy metal en una jornada muy particular para los argentinos y no se guardó nada.
Iron Man, o
Paranoid, dejó más que conforme a los devotos, felices por disfrutar la demorada espera. Metal y cuernos al cielo.