Graciela Borges habló esta tarde en el piso de Intrusos y contó detalles desconocidos acerca de su vida personal, entre ellos que tuvo "la infancia más triste del mundo".
"Tuve la infancia más triste del mundo. Tuve una infancia muy sola. A mi madre le costó mucho separarse de mi
padre, que era aviador. Mi madre era una mujer rarísima, muy refinada. Tenía dinero hasta que lo perdió. Me criaron en soledad absoluta, me enseñaron a leer y viajar", contó la célebre actriz.
No obstante, demostró el amor que sentía por su madre: "mi mamá me daba la mano para ir a las siete iglesias en Viernes Santo y me daba una sensación de alegría, de estar protegida. Extraño la
mirada de mi mamá. La extraño mucho. Sé las cosas que me decía, lo orgullosa que
estaba con las cosas que hacía. Ella estaba chocha con mi carrera".
Por otro lado, Borges se refirió, a su relación de años con la familia de Palito Ortega y, por ende (y como podía esperarse), al romance que la ex de Sebastián Ortega, Guillermina Valdés, está viviendo con Marcelo Tinelli.
"Conozco a los Ortega de toda la vida. Se ríen porque Palito y yo fuimos novios cuando éramos muy chicos. Nada me alegró más que conocer a Evangelina. Poca gente he visto en mi vida tan educada y amorosa como Evangelina Salazar", dijo, como introducción, para luego referirse a la relación Valdés-Tinelli.
"Ella me contó que estaba saliendo con alguien y advertí peligro. Imaginé por el tono que era algo que podía traer problemas. Yo no lo conocía a Tinelli, lo vi dos veces. Estaba en el medio de dos personas y se lo intenté explicar a Evangelina. Le dije que no quería meterme en el medio, lo que quiero es que la gente sea feliz y siga su camino", narró la actriz.
Y, por último, se refirió exclusivamente a Marcelo: "Cuando Juan Alberto Badía empezó a estar muy mal de salud, me dicen 'vení que se está yendo'. La imagen era Juan que se estaba muriendo y rodeado de gente. Le tomé la mano, levanto la cabeza y veo una mano sobre su cabeza. Miro para arriba y era Tinelli. Estaba tan apenado. En ese momento hubo una empatía mía con él muy grande. Al día siguiente lo vi en el entierro. Lo vi conmovido y muy triste".
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