Entre otros temas, en esta ocasión, Juana Repetto transita por aspectos poco conocidos de su personalidad que influyen en su vida personal y en su faceta profesional.
Para usted, ¿qué es el miedo?
-Es algo horrible. Más allá del miedo a la muerte, creo que tenerle miedo al abandono es terrible. En mi caso, ése es el miedo que más me angustia.
¿Por qué?
-Si bien nunca me sentí abandonada, una puede sentirse sola aun estando rodeada de mucha gente. Esta es una extraña sensación que, a veces, me asalta.
Cuando siente miedo, ¿se inmoviliza o lo toma como un desafío a vencer?
-Cuando el miedo se hace presente en mi vida, intento transitarlo para poder vencerlo. Si algo me da miedo o me angustia, mi primer impulso es escaparme de ese lugar y decir: “Esto me da miedo, mejor me voy”, pero tengo gente que me quiere mucho, que me ayuda y, al fin y al cabo, siempre termino transitando los miedos y derrotándolos.
¿Con qué se conectan sus principales temores?
-Con la inseguridad. En este aspecto soy muy precavida y atenta, pero para nada paranoica. De todos modos, me cuido, estoy siempre alerta, porque creo que así hay que estar en estos momentos. Por ejemplo, si salgo con mi auto, no voy con la ventanilla baja y escondo la cartera; intento no caminar de noche por zonas inseguras o por lugares donde sé que suele haber robos. Igualmente, no tengo miedo de andar sola por la calle. No soy miedosa con esas cosas.
¿Trata sus miedos con terapia o con medicación?
-Hace dos años que estoy haciendo terapia y, por ahora, no pienso abandonarla.
¿Tiene miedos afectivos?
-En este momento, no. Me siento muy querida por mis amigos, mis compañeras de trabajo y por mi madre, cuyo amor es incondicional y me lo demuestra todos los días. Nunca sentí un amor tan grande como el que mi mamá tiene para conmigo y para con mis hermanos. Es algo fuera de lo común.
En el plano profesional, ¿cuáles son sus principales temores?
-En este momento, ninguno, porque estoy haciendo lo que siempre quise.
¿Cómo se siente con la carrera que está llevando adelante?
-Muy contenta. Hasta la fecha, no me arrepiento de ninguna de las cosas que hice. Es más, siento que transité por muchos caminos y estoy en una senda de la que no deseo apartarme.
De acuerdo a su experiencia, ¿qué es lo más duro del medio?
-Pienso que todo aquello que está vinculado con dar a conocer cosas que no tiene por qué saber todo el mundo.
Ser conocida, ¿la hace sentir poderosa?
-Para nada. Yo tengo una personalidad muy fuerte. No soy de achicarme ante nada.
¿Existe una gran distancia entre lo que es usted y lo que se ve de usted por televisión?
-No, pero la mayoría de las cosas relacionadas con mi vida privada me las guardo. Mi personalidad es la misma, lo que puede cambiar es la información que doy sobre ciertos aspectos de mi vida. Yo digo hasta dónde quiero que la gente sepa de mí. A veces me retan por no cuidarme tanto y por no ser más protocolar para estar en televisión, porque intento mostrarme tal cual soy.
¿En qué situaciones se reconoce tibia de carácter?
-Cuando se trata de mi familia y de mis amigos, tengo el sí flojo para casi todo. Cuando me llaman, estoy.
¿Cuál es la peor compra que hizo?
-A la hora de hacer compras, soy medida. Mi peor compra pudo ser alguna prenda que no usé o un cuadro que tengo guardado, nada importante.
El amor, ¿todo lo puede?
-Sin duda. Si hay amor, las cosas funcionan. A nivel mundial, las cosas están difíciles, pero si ponemos más corazón y menos cabeza, todo irá mejor.