Santiago del Moro toma impulso para volver a la televisión en la segunda mitad de marzo por la pantalla de Telefé. Su regreso será en un formato muy diferente al que se lo vio haciendo en América los últimos años. Lejos de las enardecidas polémicas que le tocó pilotear en Intratables ahora lo esperan las aguas más calmas de un conocido ciclo de preguntas y respuestas. Se trata de una nueva versión de ¿Quién Quiere ser Millonario?, el quiz show que en 2001 condujo, también por estas tierras, Julián Weich y que muchos recordarán dio origen a la película india Quisiera ser Millonario, ganadora de ocho premios Oscar en 2008. Este desembarco de Del Moro en la emisora de las tres pelotas de colores y su vuelta a la pantalla chica con esta propuesta será la frutilla del postre de un fenómeno que ya se evidenció este verano en nuestro medio televisivo: el predominio de los programas de juegos en la grilla de programación.
Por abaratar costos en la crisis o porque el público ve en los premios una salida, actualmente en el prime time nocturno de la televisión abierta se superponen varias propuestas de entretenimientos. A las 22, cuatro programas del género se reparten la audiencia en sendos canales. Se trata de Otra Noche Familiar, que conduce Guido Kaczka en El Trece, Minuto para Ganar, con la conducción de Marley en Telefé, Mejor de Noche, al frente del cual está Leo Montero, en Canal 9 y ¿Pareja o Despareja?, que tienen al mando Gastón Soffritti y su novia, Sofía Roitman, en Net TV. Pero además, fuera de ese franja horaria central otras variantes del género también ocupan lugar en la pantalla: Pasapalabra, con Iván De Pineda en las tardecitas de El Trece y desde hace un par de semanas, El Precio Justo, en el que debutó como conductora Lizy Tagliani en los mediodías de Telefé.
Pese a la abundancia del género entretenimientos, hay diversidad. Lo que se muestra responde a formatos ya vistos antes, pero reformulados para quitarle el olor a naftalina. El resultado de esa actualización es positivo. Hay una paleta de colores rica con formatos divertidos que tientan al espectador a participar desde sus casas.
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En una punta está el menú de mini formatos, rescatados de anteriores programas suyos que presenta Kaczka en El Trece. Hay un concurso de preguntas y respuestas con dúos de los cuales uno contesta y el otro oficia de acompañante y, en sola una oportunidad, ayudar a contestar. En la segunda falla, al acompañante se le abre el piso y cae desde una plataforma a una pileta ubicada un piso más abajo. Luego viene el plato fuerte del programa que es “El perro del milón”, en el que ahora las familias que llevan a sus mascotas a participar deben acertar en cuanto tiempo el perro completará un pequeño circuito que incluye un tramo por el agua. Si lo hacen se ganan un millón de pesos y si no, adquieren el derecho de intentar llevarse un chango inmenso con mercadería del supermercado. Finalmente, cada noche el menú se cierra con la puja entre participantes que juegan mostrando su parecido con famosos o la rareza de su apellido que puede llegar a coincidir con una palabra grosera o con algún elemento que cause gracia.
En la vereda de la competencia, Marley en Telefé conduce Minuto para Ganar, ciclo que Telefé ya emitió entre 2011 y 2013. Hay que superar desafíos de destreza. A medida que se resuelven las pruebas, aumentan los premios, siendo el mayor de un millón de pesos, cifra a la que nunca llegó ningún participante en ninguna de las temporadas. Sí sin embargo varias veces algún competidor alcanzó el escalón previo: 500 mil pesos.
A la misma hora, en Canal 9, Leo Montero hace girar una ruleta gigante alrededor de la cual seis participantes demuestran sus conocimientos durante una semana y suman o restan según aciertan o fallan.
Mientras tanto en Net TV, Soffritti y su novia indagan las coincidencias o no que se registran en dos parejas. Con el correr del programa los juegos propuestos se adentran en terrenos cada vez más picantes de la intimidad de los concursantes y el dúo que demuestre más similitudes entre sus integrantes se gana un viaje.
Fuera del horario nocturno, Lizy Tagliani e Iván De Pineda también recurren a hacer jugar a los participantes para que demuestren sus habilidades. En el conocimiento de los precios vigentes, la primera, y en el manejo del idioma y la cultura general, el segundo. A cada una de sus propuestas, ambos le agregan condimentos de humor y show que enriquecen los programas. Sin duda un panorama que cubre todos los gustos de los integrantes de la familia