Metallica, con M de monstruoso... James, Lars, Kirk y Robert dieron un show impactante ante una marea de gente que agotó las entradas y pagó hasta lo que no le daba el cuero para verlos en el glamoroso festival Lollapalooza en el Hipódromo de San Isidro. Hubo "justicia para todos" esos que dejaron una buena parte del sueldo para ver a la majestuosa M. Allí Hetfield y los muchachotes dieron un espectáculo bestial como en los viejos tiempos. En cada ejecución demostraron por qué son los más grandes.
Un sonido y una performance implacable. Metallica nos hizo olvidar ese último show en La Plata, donde no peló toda su bola arrolladora de poder que sí sacó a relucir en esta nueva visita. Lo que se palpó en el Lolla con el cuerpo y todos los sentidos, pasó literalmente por arriba al show en el Único, donde la gente armó un setlist débil y ellos no dieron todo lo que pueden dar. Una enorme diferencia en ejecución y calidad de audio, que dejó a todos enfermos de la manija. El cierre de la primera jornada estuvo a cargo de The Chainsmokers. Además, durante el día, hubo una cantidad de bandas con un altísimo nivel como los locos hermosos Rancid (¡qué bueno estuvo!), y otras tantas más que la rompieron ante unas 100 mil almas. Pero en el Día 1 del Lolla, Metallica volvió a enloquecer a los argentinos, y claramente después de disfrutar a la M en escena "nada más importa..."
¿Cómo algún rockero o metalero se puede atrever a criticar a semejante bandón si es tan espectacular como conmovedor verlos hacer de las suyas en las tablas? Cada decisión de la M es discutida hasta el punto de que aparece el “foro bardo”. Así pasó con la invitación a Lady Gaga para los Grammy's, el fastidio de James por el pésimo sonido. O incluso cuando se anunció que la M iba a encabezar el Lollapalooza Argentina 2017. ¿Metallica en el Lolla, qué?, pensaron muchos, muchos, y muchos más. Y la lista de críticas se extiende, aunque solo sea para esos que siempre le buscan el pelo al huevo. Pero Metallica es Metallica, señoras y señores. Y en la primera jornada del LollaPalooza volvió a demostrar toda su grandeza, el por qué es, y será una de las leyendas vivientes más importante de la historia del metal y el rock. Ahora que Black Sabbath anunció su adiós, los Metallica son los número 1. Lejos.
El setlist bien fue a romper cabezas. Más largo de lo pactado, con Hetfield (qué bien que estuvo James en absolutamente todo), Ulrich, Hammett y Trujillo re cebados. Después de la clásica intro con la banda de sonido de la película "El bueno, el malo y el feo", a romper todo con "Hardwired" y "Atlas, Rise!", dos temones del flamante disco que recuperó la esencia sacada y aplanadora de los Metallica: “Hardwire… To Self-Destruct". y a partir de ahí: "¡Aguante todo!"
Hubo algunos cambios en el setlist de Brasil porque no tocaron "Whiplash", "Battery" y "The Unforgiven"; pero sí metieron "Hit the lights" del disco Kill'em all, que nunca lo habían tocado en estas tierras. Además de los tres ya nombrados, sonaron: For Whom the Bell Tolls, The Memory Remains, One, Now That We're Dead, Moth Into Flame, Harvester of Sorrow, Halo on fire, Sad but True, Wherever I Roam, Master of puppets, Fade to Black, Seek & Destroy, Fight Fire With Fire, Nothing Else Matters, y Enter Sandman.
Tomá, ¡en la pera! Quizá no se vio una escenografía repleta de parafernalia y artilugios tecnológicos. Solo un escenario pelado, con bellas pantallas aunque, lamentablemente, con la imagen desfasada del sonido. Pero con el despliegue nivel gold de los Metallica sobró. Vuelvan pronto y con esa misma energía con la que se divirtieron y rockearon en el LollaAR. ¡Larga vida a la M!
Como era lógico, o al menos esperado, cuando Metallica llegó a su fin la gente rockera y metalera que había copado el Hipódromo de San Isidro casi que huyó del lugar. Para The Chainsmokers solo estuvieron los amantes de ese rubro. El grueso del público se fue a sus casas.
Dentro de las más de 12 horas de pura música que hubo en el megafestival, que en cada edición se afianza más, el otro show destacado fue el de Rancid. Al día siguiente de su sideshow íntimo, los punks californianos -que le dieron aún más vida al género en la década de los '90- metieron una golpe tras otro con Tim Armstrong y Lars Frederiksen, los emblemas de la banda, prendidos fuego.
La cuarta edición argentina del festival creado por Perry Farrell, mentor de la magnífica banda Jane's Addiction, tuvo para todos los gustos. Desde León Gieco acompañados por los músicos de Infierno 18, a The XX. También estuvieron Palo Pandolfo y Glass Animals. Además tuvo de De Cage the Elefant a The Helmets, la banda de heavy en la que toca niños y uno de estos es el hijo de Robert Trujillo. Incluso Tye Trujillo, hijo del bajista de Metallica, tuvo de asistente a su padre. ¡Eso fue Mágico!
El LollaAR propuso una ensalada de estilos y géneros bien condimentada. Con shows de alto calibre, cortos y a los tacos. Mucho glamour, quizá más glamour que rock. Pero así es este festival. Ya todos lo saben por eso los 100 mil que coparon el Hipódromo de San Isidro disfrutaron y convivieron con lo que genera música: paz y amor. Como debería ser siempre...Salud!