Victoria Xipolitakis está empecinada en ver al Papa Francisco. Quiere "su perdón", según dijo en las breves declaraciones que viene dando tras llamarse a silencio unos días por el escándalo de los pilotos.
Y parece que su paso por Paraguay, donde el Santo Padre ofició una misa pública, no le bastó.
Engolosinada con su ego, ella no quiere ser "una más" en una misa, y desea que el líder máximo de la Iglesia Católica la trate directamente, acaso para complacer el último capricho de una larga lista de antojos.
Lo cierto es que en Paraguay no tuvo la mejor bienvenida: la gente la abucheó y le decían "volvete a tu país". Otros, en cambio, le pedían fotos... Vicky, como siempre, se las arregla para llamar la atención.
Y tampoco pasó desapercibida en la misa del Papa, donde su remera dejó ver claramente que no usaba corpiño... un papelón, lo que se dice.
Ahora, como no pudo tener trato directo con el Sumo Pontífice, desde Asunción partirá a Roma, para intentar verlo en la Plaza San Pedro y logra cruzar palabras con él.
¿Tendrá perdón?