Jorge Almirón sabe que Lanús jugará ante Gremio los partidos más importantes de su gran historia. “Enfrentamos a un equipo que tiene pergaminos y que tiene más presión que nosotros”, dijo.

Seguramente los libros de historias de Lanús ya tienen una sección aparte para este equipo que, por primera vez en su historia, logró llegar a la final de la Copa Libertadores.

Y en la previa del duelo de ida ante Gremio, en Brasil, el entrenador Jorge Almirón recibió en La Fortaleza a DIARIO POPULAR para recordar cómo fue el camino hacia el encuentro que todos quieren jugar y, además, se refirió a su futuro. Si bien está en boca de varios equipos europeos, tanto jugadores como el técnico, Almirón prefiere no hacer demasiada futurología y optar por trabajo día a día que tantos buenos frutos viene teniendo.

—¿Volviste a ver el partido ante River?

—Sí, claro.

—¿Y qué te generó?

—Me volví a emocionar tanto como dentro de la cancha. Este equipo se merece estar donde está por todo el esfuerzo que ha hecho, y eso que hubo momentos en los que no la pasamos bien. De todas formas jamás nos entregamos ni vimos imposibles.

—Las finales comenzaron a ser una costumbre.

—Sí, pero no es casualidad. El trabajo que venimos haciendo en conjunto es muy bueno. Pasa que a veces el resultado manda y tapa todo el buen trabajo que hay detrás.

—“De esta llave sale el campeón”, dijiste previo a la revancha contra River.

—(Se ríe) Recuerdo ese momento, pero era una situación diferente. Perdimos en el Monumental y necesitaba levantar el ánimo del equipo. Por suerte todo salió bien, pero ahora hay que afrontar una final de nada más y nada menos Copa Libertadores. Nos enfrentaremos a un equipo que tiene historia y que tiene un poco más de presiones que nosotros.

—¿Lanús no estaba exigido de llegar a la final?

—Claro que cuando uno juega una competencia la quiere ganar, llegar lo más lejos. Pero nosotros habíamos perdido un par de nombres importantes, comenzamos perdiendo ante Nacional de Montevideo y encima no fichamos nombres de mucho pesos. El grupo se hizo fuerte con lo justo y le hizo frente a las adversidades. Trabajaremos para hacer el mejor papel posible y dejar al club en lo más alto ante un encuentro trascendental.

—¿Te imaginabas este presente?

—Cuando llegué a Lanús me miraban de reojo. Estuve un par de meses sin dirigir luego de mi paso por Independiente.

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—Pero siempre la apuesta fue por la Libertadores...

—Cuando jugamos fuimos viendo cómo se iba dando todo. Es decir, a medida que se fueron juntando los partidos y fuimos avanzando optamos por los partidos de copa. Mal no nos salió la apuesta, je. Pero la idea no era descuidar la Superliga. El fútbol argentino es muy competitivo.

—¿Cuál es el estilo de Lanús?

—La entrega jamás se negocia, por más que el panorama no sea el mejor. Uno se enorgullece porque el equipo nunca cambió ni negoció sus formas. De esa manera hemos podido ratificar lo que venía haciendo hace un tiempo.

—¿Qué recordás del penal por agarrón de Montiel a Pasquini?

—Tenía la tele del VAR al lado, la cantidad de gente que se juntó y los gritos eran tremendos. Los jugadores que estaban haciendo la entrada en calor gritaron ‘¡penal!’, y al asistente también se lo decían. Yo estaba seguro que fue porque estaba atento a la jugada.

—¿Cerraste los ojos en el momento de le ejecución?

—Tenía la cabeza en otra cosa, porque antes Román Martínez me había dicho que sentía una molestia y debía pensar en el cambio. Darle vuelta un partido a River fue heroico. Además los encuentros de copa nunca sabes qué va a pasar, no te podes relajar. Por suerte el penal entró y el estadio lo celebró como si fuese un gol.

—¿Levantar la Libertadores sería el mejor final?

—Sería concluir de la mejor manera un proceso que viene de hace dos años.Se lograron cosas importantes que ya quedarán en la historia. Hay que ser prudentes, a veces por más que uno juegue muy bien nada asegura el resultado. Obviamente que con el hecho consumado sería algo increíble.

—Tu nombre suena en Las Palmas de España, en San Lorenzo. ¿Qué te genera eso?

—Que a uno lo busquen desde el fútbol español es un honor y de una institución tan grande como San Lorenzo, quiere decir que las cosas se vienen haciendo bien. Tengo contrato hasta mitad del año que viene. Dejo que el futuro me sorprenda, no me gusta adelantarme.

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Luego de remontar un 2 a 0 ante San Lorenzo en cuartos, y un 3 a 0 global frente a River, no hay imposibles para Lanús. Y ambas remontadas tienen un denominar común: La Fortaleza. Para Jorge Almirón la casa del Granate también juega su partido y, recordando a los fallecidos Diego Barisone (perdió la vida en el 2015 en un accidente) y Ramón Cabrero, la madrugada posterior a la hazaña copera ante el Millonario.

—¿Qué tanto juega la Fortaleza?

—Los jugadores saben que en su cancha el respaldo es diferente. La cancha tira, los noventa minutos se alienta y eso también juega, la final dura 180 minutos y vamos a poder definirlo en casa, con nuestra gente.. Estar en medio de un tremendo griterío, o aliento, le genera a los rivales nervios a veces. Contra River, por ejemplo, pese a recibir los dos duros golpes de los goles el hincha no se entregó, como los jugadores. Ni con San Lorenzo pasó eso tras haber caído en la ida. El afuera también juega, aporta lo suyo.

—Una parada difícil para todos los equipos, sin importar su historia.

—En el fútbol argentino uno suele analizar los destinos que le toca visitar, y creo que a los rivales que les toca visitar a Lanús también lo piensan dos veces. Espero no tener que sufrir tanto en la revancha contra Gremio, pero como bien dije antes en el fútbol nunca está nada dicho.

—¿Cómo te imagina que estará el miércoles 29 por la noche?

—Repleto, va a ser una fiesta, más allá del resultado que saquemos en Brasil. Esperemos que esa noche podáramos celebrar. De lo que se pueden quedar tranquilos los hinchas es que el equipo va a dejar todo en la cancha para luego no arrepentirse ni reprocharse nada.

—El plantel siempre tuvo presente en los buenos momentos a Diego Barisone y ahora a Ramón Cabrero, un prócer del club.

—“Bari” sigue siendo un referente espiritual para el equipo. Los chicos siempre le agradecieron cuando tocó ganar. Mientras que lo de Ramón nos pegó fuerte, muy fuerte, veníamos de una noche de pura alegría y al otro día nos despertamos con esa terrible noticia. Cuando llegué al club hablaba mucho con él, e incluso hizo fuerza para que termine llegando. Siempre le voy a estar agradecido.

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