No se te pudo dar, Lanús, pero no hay nada para reprocharte. Esta vez no hubo remontada, no hubo milagro como frente a River en las semifinales, y el equipo de Jorge Almirón vio frustrado su sueño de convertirse en campeón de la Copa Libertadores, ese sueño que desde hace muchos años se ha convertido en una obsesión de todo el pueblo granate. Gremio fue un campeón inobjetable, pero Lanús un adversario que estuvo a su altura aunque no lo pudo plasmar en los resultados de la ida y la vuelta.
La entrega del equipo es lo que premió la gente granate, que colmó el estadio con un entusiasmo y confianza que se palpaba desde varias cuadras antes de llegar a la Fortaleza. La campaña en esta Copa Libertadores, también. Es que el equipo de Jorge Almirón fue un canto de rebeldía ante la adversidad y en continuado.
Nada le fue sencillo a Lanús después de haber ganado su grupo en la fase inicial del torneo. Es cierto que al The Strongest lo dejó en el camino con autoridad en los octavos de final, pero después todo fue cuesta arriba: 0-2 a remontar contra San Lorenzo en la revancha; 0-3 en el global ante River sobre el final del primer tiempo en la Fortaleza. Y anoche otra vez a remontarla por la derrota 1-0 en el choque de ida ante el equipo brasileño.
Tras el final del partido y mientras los jugadores del Gremio de Porto Alegre celebraban la conquista en el campo de juego, los hinchas de Lanús aplaudían a sus muchachos, que dejaron todo en busca de la Copa pero no se les dio.
Así fue que el “Ole, olé, olé / olé, olé, olé, olá / Cada día te quiero más / Oh, soy granate / Es un sentimiento / No puedo parar”,fue el hit que le tributó la gente al equipo de Jorge Almirón, mientras que como contraste un repetido y grave “Gremio, Gremio...”se escuchaba desde el sector ocupado por los torcedores del Tricolor de Porto Alegre.
Los jugadores de Lanús se unieron en una ronda como para darse aliento y fuerzas ante este golpe. Pero algunos no pudieron aguantar y por ejemplo las lágrimas de Román Martínez, un baluarte de la campaña pero que anoche jugó muy mal, conmovieron. Por eso para él llegó el consuelo de sus compañeros, algunos más duchos en estas historias de finales perdidas e ilusiones rotas.
También dolió ver a chicos y grandes en la tribuna de La Fortaleza derramar algunas lágrimas porque Lanús no pudo ser campeón de América. Y se sabe que estas oportunidades no se presentan seguido en la vida futbolística de un club. “Estamos orgullosos de este equipo”, decían algunos hinchas, lo mismo que expresaron los futbolistas del granate cuando la noche se cerraba con festejo ajeno.