Para Emanuel Reynoso, ayer fue el día que tanto esperó. Por primera vez se puso la camiseta 30 de Boca, y lo hizo desde el arranque. Sin embargo, su primera aparición con la azul y oro fue regular. El ex Talleres, que era el único refuerzo al que le faltaba mostrarse, tuvo intermitencias y entró muy poco en el circuito de juego del equipo. En total, acumuló 61 minutos y fue el primero que Guillermo Barros Schelotto decidió sacar.
Cuando salió al campo de juego, su cara lo decía todo. El pibe de 22 años, mostraba una sonrisa cada vez que se lo veía que evidenciaba cierto nerviosismo por ser su primera vez. La previa, se terminó una vez que Mauro Vigliano dio el pitazo inicial. Una vez que la pelota empezó a rodar, Bebelo se paró a la izquierda de Wilmar Barrios, pero nunca entró completamente en el circuito de juego. A su favor, hay que decir que el equipo no anduvo bien y preciso con la redonda, y esto le jugó en contra al número 30 boquense.
La intención era que participe mucho más de las acciones, pero el mediocampista se mostró poco. Nunca encontró los espacios y se lo vio retenido. Las pocas pelotas que pasaban por él, terminaban en pases cortos a compañeros, que no llevaban mucho riesgo. Bebelo jugó a lo simple, sin arriesgar prácticamente nunca.
En el complemento, continuó de la misma manera. Su actuación más destacada fue recién a los 15 minutos del complemento. Por primera vez manejó y comenzó una jugada, que terminó siendo la mejor colectiva que tuvo el equipo a lo largo de los 90 minutos. El 30 distribuyó bien, y luego de otros toques, la jugada terminó con un remate de Nahitan Nández, que se lo perdió solito abajo del arco.
Después de esa aparición interesante, el Mellizo decidió meter a Julio Buffarini en su lugar. Bebelo debutó, pero la gente de Boca espera mucho más de él. Se lo notó con los nervios lógicos de la primera vez.
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