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Santos y Cerveceros no se sacaban ventaja hasta que en el cuarto minuto adicionado Joaquín Molina puso el 1 a 0 definitivo para el conjunto sanjuanino.
Se le escapó en el final. Quilmes aguantaba los embates de San Martín y se volvía de San Juan con un punto que, en su situación, le servía y mucho. Pero se durmió en el tercer minuto de descuento y el Santo se lo terminó ganando.
Si bien el conjunto local puede respirar un poco más tranquilo y su situación no es alarmante como la del Cervecero, los dos equipos afrontaban el partido con la necesidad imperiosa de sumar una victoria para ganar en confianza y conseguir un envión distinto para lo que resta del torneo. Pero en la primera etapa, ambos quedaron en deuda.
La realidad de uno y de otro quedó claramente reflejada los primeros 45 minutos. Aunque los de Néstor Gorosito fueron un poco más, tampoco hicieron los méritos necesarios como para marcar una diferencia. La falta de gol, algo que lo viene acompañando desde que arrancó el año, volvió a decir presente y las dos situaciones que generó, terminaron chocando contra las manos de César Rigamonti, el sostén defensivo que, una vez más, le permitió al del Sur irse igualando al descanso.
El arquero, en la misma jugada, le ahogó el grito a Maximiliano Lugo y luego a Ezequiel Montagna, en la ocasión más clara de la etapa inicial. La otra del Santo estuvo en la cabeza de Joaquín Molina, que se anticipó a sus marcadores y metió un testazo al primer palo que pasó muy cerca.
La visita hizo su negocio. De la misma manera que ante Talleres hace una semana, esperó. Intentó mantener la concentración y no dejó progresar a los sanjuaninos. Con un gran desgaste en el centro del campo, le ahogó la salida y, con alguna que otra subida de Matías Orihuela y Matías Pérez Acuña, se acercó a la valla defendida por Leonardo Corti, aunque éste, prácticamente, no tuvo trabajo.
El arranque del complemento mostró a un San Martín decidido a asumir el protagonismo, con la intención de regalarle una victoria a un hincha que la viene esperando. Con tanto énfasis salió, que al minuto estuvo a punto de romper el cero.
Tras un centro de Molina sobre la banda izquierda, Lugo apareció por el segundo palo sin marca y ya salía a gritar la conquista, pero se metió en escena el botín salvador de Cristian Trombetta para rechazar en la línea. Y, al rato, tuvo otra en la cabeza de Marcos Gelabert, que se fue por arriba y una más con Molina, que lo perdió solo.
Cristian Díaz intentó con Nicolás Da Campo darle fútbol a los cerveceros y con la presencia del ex Central, mejoró. Le aportó la pausa y, a su vez, el cambio de ritmo que necesitaba y así emparejó las acciones.
Pero cuando no quedaba nada, Quilmes se durmió y Molina, entrando por atrás de todos, la mandó a guardar y estampó el definitivo 1 a 0.
El relato y las estadísticas del partido
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