Nació en un barrio humilde, debió trabajar desde pequeño y estuvo involucrado en escándalos con armas de fuego. Una historia de superación y pasión, la historia de "Bebelo".

Nació un jueves 16 de noviembre de 1995 en Córdoba capital. Se crió en las calles de tierra de Ituzaingó, más concretamente en el humilde corredor del Barrio Chino, en las afueras de la ciudad.

Hijo de un obrero municipal que construía cordones en la Docta y una ama de casa que hacía changas a la vez que criaba a sus seis hermanos.

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El apodo, que a cualquier desprevenido haría pensar que se trata de un jugador brasileño, acompaña a Reynoso casi desde sus orígenes. Al ser el más pequeño de siete hermanos, su familia lo consideró el bebé, y así fue que cariñosamente lo llamaron “Bebelo” o simplemente “Belo”.

La infancia de Reynoso lejos estuvo de ser un cuento de hadas. El comedor solidario “Los bajitos del futuro” lo recibió durante varios mediodías y tardes, al igual que a parte de sus hermanos. Los restantes cumplían condenas por distintos hechos delictivos.

En la actualidad, sólo uno de los Reynoso se encuentra tras las rejas en el penal de Villa María. “Bebelo” suele visitarlo cuando las exigencias del futbolista se lo permiten, y allí comparte algunos asados con su hermano y sus compañeros de pabellón.

Durante su niñez jugó formalmente en la Escuelita Richardson, en el Peñarol local y en el Club Infantil de Barrio Ituzaingó. Fuera del fútbol institucional, “Bebelo” se formó en los picantes picados por plata del Barrio Chino.

Su mamá, Mary, fue un sostén fundamental para que Emanuel lograse llegar a vivir del fútbol. Esta catamarqueña, de oficios múltiples, cocinaba en su casa el pan que junto a sus hijos vendía en el centro de la capital cordobesa. “Belo” también colaboraba, antes y después de los entrenamientos salía a patear las calles con su canasta de panificados al hombro.

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En 2010, con tan sólo quince años, se fue a probar a Talleres y el director técnico Daniel “La Chanchita” Albornoz lo adoptó casi como un hijo más. Durante tres años vivió en la pensión del club, donde no se salteó ninguna comida: la vida parecía empezar a sonreírle a “Bebelo”.

A fines de 2013, los hinchas de la “T” ya comentaban acerca del zurdito que jugaba en las inferiores y que tenía destino de crack.

Corría el verano de 2014 y “Bebelo” ya entrenaba con el primer equipo albiazul, todo estaba dado para el ansiado debut pero la vida lo enfrentó a una nueva prueba. Mientras charlaba con un amigo del barrio, dos delincuentes lo sorprendieron para robarle su moto, él intentó proteger lo ganado con su sudor y le dispararon en la rodilla izquierda. “Me senté y lo primero que pensé fue en mi futuro y el de mi familia. Sentí más miedo por no volver a jugar al fútbol que por morir", recordó el volante hace un tiempo.

Luego de varios meses de recuperación, llegó el momento de volver a jugar y saltó a una cancha nada menos que en un clásico ante Belgrano, en la cuarta división. Aunque lo echaron, él estaba contento porque había regresado.

Tiempo después tuvo un accidente en moto que le volvió a replantear su futuro en el fútbol. Deprimido, dejó de ir a los entrenamientos y no atendía los llamados de sus compañeros de equipo. La insistencia de los dirigentes y el cuerpo técnico lograron convencerlo para que volviese.

A fines de 2014 ya había conseguido volver a entrenar con la Primera y menos de un año después del balazo, debutaba ante Alvarado por el Federal A.

Formó parte del ascenso a la B Nacional en el 2015 y también fue pieza clave del equipo que en siete meses salió campeón y devolvió a la “T” a Primera.

En mayo de 2017, nuevamente, el escándalo cubrió al futbolista cordobés. Reynoso fue imputado como "partícipe necesario de abuso con armas de fuego" luego de que una discusión de tránsito terminará con disparos al aire desde el automóvil en el que viajaba, y que era de su propiedad.

Hoy, a comienzos de 2018 Boca compró su pase y Reynoso se pondrá la casaca azul y oro. Atrás quedaron aquellos años duros que aunque pasados no fueron olvidados por “Bebelo”, el orgullo del Barrio Chino.

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