Los resultados que se dieron en los últimos partidos, pusieron a Boca de cara a una cruel realidad y a potenciar la importancia que originalmente tenía la nal de la Copa Argentina, el 8 de agosto ante Racing en San Juan, lo que tendría para Boca el valor adicional de ubicarlo el próximo semestre en la Copa Sudamericana, que sería como una revancha de lo de anoche aunque,la trascendencia de las dos copas no sea la misma, más allá de que la Sudamericana viene creciendo.
De todos modos, el nivel futbolístico del equipo no invitaba a pensar en lograr las tres cosas. La cátedra decía que con lo que mostraba en el plano local “le alcanzaba” teniendo en cuenta la mediocridad reinante. Además, fue atravesando a los tumbos los distintos tramos de la Copa Argentina, los cuales de -nió todos de la misma manera: por tiros desde el punto penal.
Todo comenzó con aquel triunfo por 2 a 0, en la ida de las semifinales, ante la Universidad de Chile. Luego de eso, llegaba un partido clave por la penúltima fecha del Clausura, ante Arsenal de Sarandí, quien estaba un punto por debajo de los Xeneizes, Fue allí donde no pocos hinchas le reclamaron a Falcioni que apelara a la rotación, más teniendo en cuenta la numerosa cantidad de jugadores que conforman el plantel. Pero el “Emperador” eligió como método preguntarle a los jugadores cual era su voluntad.
Todos respondieron que querían jugar. Conclusión: un equipo que dio ventajas desde el punto
de vista ísico y que terminó siendo derrotado por Arsenal.
Empezó a caerseA partir de ese instante Boca perdió la dependencia de sí mismo y ahora sí con un equipo conformado por suplentes, cayó ante All Boys y terminó compartiendo el tercer lugar en la tabla de posiciones junto con su vencido y con Vélez Sársfield.
En medio de eso, se había logrado la clasificación para la final, en donde Boca igualó 0 a 0 en Chile ante la Universidad, apelando más al oficio que a otra cosa, siendo apurado sobre el final y con un par de buenas y oportunas intervenciones del arquero Agustín Orión. Y el primero de los partidos decisivos de la Libertadores, se presentó tan complicado como se preveía, más allá de que el Corinthians haya conseguido la igualdad en los últimos suspiros del partido. Hasta que se
llegó al partido de anoche, en donde esta vez la magia y los resultados positivos que históricamente, luego de 1963, se consiguieron en Brasil, no alcanzaron.
La frase -cierta- de Falcioni de que Boca jugó el doble de partidos en el semestre con relación a otros equipos, sonó más a un maquillaje que a una excusa. Esta vez. el milagro no se hizo presente y Boca no pudo igualar a Independiente que con sus siete Libertadores, sigue siendo el líder.