Ni bien supo que Driussi se iba, Gallardo empezó a pensar en cambiar el modo de jugar. Todo lo que le daba el ahora delantero del Zenit desde la presión, la conexión, el gol y la asistencia ya no lo iba a tener y había que pensar en otra manera de ser igual de ofensivos.
Con la llegada de Enzo Pérez lo resolvió: menos gente dentro del área y más gente en las cercanías para que Alario capitalice más y mejor la presión, la recuperación y el buen pie de los cuatro enganches que van a jugar delante de Ponzio. No enganche en términos clásicos, pero sí en cuestiones de responsabilidades. Esa será la gran apuesta del Muñeco, el "quilombo organizado" de Nacho, Rojas, Enzo Pérez y el Pity, sin posiciones fijas para no darles referencia de marca a los rivales y con los ojos furiosos puestos en pisar el área a cada rato.
Por eso el dibujo táctico arranca con un 4-1-4-1, pero que va mutando decenas de veces, en especial con las posiciones de los volantes y con cómo pueden atacar Nacho y Pity por las bandas mientras les pasan los laterales Casco y Moreira. Las parejas por afuera van a tener el aporte del volante interno que, según por donde venga la jugada, tendrá el auxilio de pase de Rojas o de Enzo Pérez. Arriba como faro, entrando y saliendo de la zona caliente, el papel principal lo tendrá Alario.
De este modo, cuando River ataque se va a convertir en un equipo de los años '40. Con dos defensores, Maidana y Pinola, lejos de Lux y cerca de Ponzio en la zona central. De manera que es probable que en zona propia River tenga con el arquero apenas cuatro jugadores. Por eso le gana terreno Lux a Batalla. Porque es más rápido para salir a jugar de líbero, porque tiene mejor pie con el pase y porque de arriba en las bolas aéreas -quizás la principal herramienta que usan los rivales contra River- tiene mayor seguridad.
Así, el esquema podría ser un 2-1-4-3. Porque los laterales van a ser los volantes externos y porque eso obliga a Pity y a Nacho a jugar de punteros a la vieja tradición, con más diagonales al área que búsquedas de córners o centros.
El gran costo de toda esta idea que fue muy trabajada en la pretemporada en Orlando era el retroceso sin la pelota. Allí es clave cómo vean el juego Ponzio y los zagueros centrales, a los que les sobra experiencia y les falta la velocidad que tenían Martínez Quarta. Por eso hay mucha indicación para Moreira y Casco para que abran los ojos y vuelvan cerrando para adentro la mayoría de las veces.
El martes 8 de agosto será el debut oficial del proyecto de Gallardo y la idea de lo que quiere para el final de 2017 y el sueño de volver al Mundial de Clubes. No es casual que hasta los suplentes se pararon del mismo modo en la pretemporada. La idea se está cocinando hace un tiempo y los partidos dirán si el sabor será a victoria o si, sobre la marcha, el Muñeco tendrá que cambiar y reinventarse de nuevo.