Aquel equipo que salía de memoria y que con retoques mínimos ganó y dejó un sello, hoy tiene algunos pocos que quedaron. Marcelo Barovero sigue pero en seis meses se va, por lo que habrá que ir en busca de un reemplazante para un jugador que ya quedó en las vitrinas del club y es ídolo con aquel penal atajado a Emanuel Gigliotti que cambió todo. De la defensa solo quedan Gabriel Mercado y Jonathan Maidana, dos viejos conocidos que llevan 4 y 6 años en el club y que van a hacer la columna vertebral de lo que viene. Ya se fueron Ramiro Funes Mori primero, ahora está colgado Leonel Vangioni que terminó el ciclo y hasta Germán Pezzella que jugó mucho como cuando faltaba alguno de los centrales.
En el medio la sangría es donde más se siente y donde más trabajo le va a costar a Gallardo. Allí en esa zona el DT logró presión, salida rápida, inteligencia para el segundo pase y sobre todo gol. Carlos Sánchez –uno de los goleadores del equipo-, Matías Kranevitter -el primer pase y el primer quite- y Ariel Rojas quien fue clave en toda aquella etapa y jugó un partido despedida terrible ante Cruzeiro. En esa zona quedan, de los que alternaron y jugaron, Leonardo Ponzio y Leonardo Pisculichi.
Arriba la ausencia de Teo Gutiérrez fue la que menos se sintió por la llegada de Lucas Alario, hasta ahora, el jugador que más rindió, y resiste con contrato Rodrigo Mora. Hasta Fernando Cavenaghi no continuó y era capitán de una etapa de aquel equipo, con momentos que fueron destacados para el Torito como haber sido titular en la final de la Libertadores. Así las cosas para un equipo que sólo tiene a cinco jugadores de los que escribieron el tiempo de victorias internacionales.
Desde la llegada de Pity Martínez, hasta esta nueva incorporación de Nacho Fernández, la política de refuerzos del Millo por ahora no consiguió superar la etapa de adaptación y espera que para este 2016 logren ser el motor del nuevo arranque. El primero fue el Pity al que Gallardo siempre vio como el que podía hacerle la banda izquierda como Rojas. Fue el que más jugó y el más irregular. Camilo Mayada otro que no se afirmó a pesar de haber jugado en los laterales, tanto en el medio como en la defensa y hasta en la zona central de los volantes. Milton Casco está aún en las gateras y será el que juegue por Vangioni, con su primera pretemporada completa. Nicolás Bertolo y Tabaré Viudez para darle vértigo y gol a la zona de volantes tuvieron más bajas que altas. Lucho González y Alario, por su parte resolvieron cuestiones puntuales, mientras que Javier Saviola volvió con el apellido pero no cambió el panorama. Ahora, Nico Domingo, Joaquín Arzura y Nacho Fernández intentarán ocupar los lugares vacíos que dejaron Sánchez y Kranevitter. Esos son los jugadores que sumados a algunos pibes como Sebastián Driussi o Emanuel Mammana o con el afianzamiento de Éder Álvarez Balanta, deben ayudar a rearmar el equipo y lograr una idea de juego que no ayude a que River viva en el recuerdo de lo que paso en el 2014 y el 2015.
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