Mientras promediaba el primer tiempo, ya con el encuentro 1-0 a favor del conjunto que dirige Pedro Troglio, la parcialidad local entonó el primer canto de batalla: "Angelici botón, sos un hijo de p..., la p... madre que te parió". Y una cosa, así porque sí, llevó a la otra. Automáticamente, y justo el día en que consiguió el ascenso a Primera División, los hinchas volvieron a cantar un grito sagrado: "Riquelme, Riquelme, Riquelme", un apellido que todavía resuena en Brandsen 805.
El descontento con el presidente se explica desde varios factores. En primer lugar, la falta de éxitos: sólo consiguió una Copa Argentina. El destrato con los ídolos —especialmente con Carlos Bianchi y el 10— es otro de los factores que fastidió a los simpatizantes "Xeneizes". Y, por último, los malos resultados. No sólo ganó poco, sino que le fue mal.
Emmanuel Gigliotti fue otro de los que recibió su juicio público en la cancha de Boca. Recibió el pulgar arriba: cuando su apellido sonó por los alto parlantes, los fanáticos lo aplaudieron y respaldaron, a pesar de haber fallado el penal en el superclásico por la Copa Sudamericana que significó la eliminación del certamen continental.