La historia detrás de la decisión de River de no jugar por el Coronavirus

El chico de la reserva tenía todos los síntomas del coronavirus y cuando se enteraron del aislamiento ya no dudaron y hablaron con Gallardo. El temor y la salud los ubicó en un zona extraña, tener que romper las reglas, pero supusieron a esa hora de la tarde de ayer que el resto de los planteles se sumarían. El Muñeco escuchó los argumentos, los entendió y los apoyó. Todos creían en esas horas de deliberación que el torneo se iba a suspender antes de empezar, incluso por algunas palabras de jugadores de San Lorenzo, de Gimnasia y de Banfield que abrían la jornada.

Sin embargo, con el correr de las horas se dieron cuenta que estaban solos, porque el resto de la dirigencia de la AFA y de los clubes no iban a permitir hacer algo que iba contra la corriente de las autoridades nacionales. Rodolfo D´Onofrio, en otra vereda o con otras conductas, bancó a los jugadores y al cuerpo técnico y tras una charla con algunos directivos dio la orden de cerrar el club y extender la suspensión de todas las actividades deportivas. Lo hizo sin muchas esperanzas que la AFA o al menos algunos de sus pares lo apoyen.

“El caso del chico Gutiérrez fue la punta del ovillo y generó mucha conmoción en todos, los jugadores, los empleados del club y si le sumas el clima y la información de los torneos que se estaban suspendiendo en todos lados, no tardás mucho en darte cuenta que la decisión es coherente con este tipo de plantel. Hay una frase de Ponzio de crear conciencia en la gente de lo que pasa que resultó muy fuerte dentro del club”, explicó una fuente inobjetable que fue parte de las deliberaciones.

River debía jugar con sus divisiones mayores, es decir cuarta, quinta y sexta, en el predio de Lanús, pero no lo hizo, y además mantuvo cerrado el "River Camp" y no pudieron disputar los cruces de la segunda fecha de las categorías chicas, séptima, octava y novena.

Anoche mismo, aún sabiendo que estaban solos en la medida y mientras cenaban y en la TV San Lorenzo le ganaba a Patronato, los jugadores recibieron la notificación final que estaban licenciados hasta nuevo aviso, con un protocolo sanitario, con un plan de alimentación y con una rutina física para que hagan con la menor cantidad de gente posible. “Acá entrenamos, transpiramos, hay hierros, contacto físico y nadie sabe bien si el virus está o no, que vamos a esperar que pase algo, importa la salud de la gente por eso era a puerta cerradas, importa la salud de la prensa y se la restringió y la nuestra?”, se preguntó un jugador en medio de las diversas reuniones.

Sólo lo que viene y las repercusiones de esta pandemia y las cuestiones políticas por la que está cruzada la situación tendrá respuestas a las causas negativas y positivas de la decisión. Lo que sí está claro es que esta tarde River no se va a presentar a jugar, como ya lo hicieron todas sus divisiones inferiores y que la historia se termina con el escribano que labrará el acta cuando el micro del equipo tucumano no pueda entrar al estadio.