Gallardo supo que esto iba a pasar y en su momento se preguntó si iba a tener energías para bancar un proceso de “3, 4 o 5 derrotas”. No por la gente o el ambiente con el que tiene un crédito eterno luego, sino con él mismo que no se banca perder y suele enojarse mucho cuando eso pasa. La respuesta que se dio a si mismo fue, “Me la tengo que bancar y trabajar para evitarlo”. Mientras busca el modo y las maneras de hacerlo, resumen en 5 claves las razones del mal arranque. Porque como con las cuestiones médicas el mejor remedio nace con el mejor diagnóstico.
1-La resaca post final de la Copa.
Las energías mentales son renovables, pero no siempre la recarga es automática. Cuanto mayor es el desgaste mayor también será el proceso de recuperación. “Después de esto no hay nada” dijo Gallardo en medio de los festejos en Madrid. Todo se lo habían llevado el increíble diciembre donde pasó de todo y se escribió una historia agotadora de suspensiones, incertidumbre, caos, enojos, injusticias y sobre todo festejos finales interminables. Nadie quiere que termine una fiesta cuando la misma es única y probablemente jamás vuelva a darse. Pero acaba y lo que queda es una resaca de la que no hay modo de recuperarse sin descanso prolongado. Algo que River no pudo hacer porque se tuvo que ir a jugar el Mundial de Clubes donde se inició este momento agotamiento físico y mental.
¿Le tocará la camiseta 10 del Pity a Suárez?
Suárez ya se entrena en River y el Neymar colombiano se cierra el lunes
2-La anormal pretemporada.
Una cosa lleva a la otra. Mientras casi todos estaban de vacaciones o disfrutando la previa de la navidad y el año nuevo, River estaba volviendo en un charter desde Emiratos Árabes para festejar en el Monumental retrasando la licencia. Por eso terminaron últimos y cuando volvieron al trabajo con muy poco tiempo de parate tenían los compromisos a la vuelta de la esquina. Dos semanas de pretemporada que se complicaron aún más por el mal clima y la falta de posibilidad de hacer trabajos con pelota dieron un mal indicio. No fueron ni dos semanas de entrenamientos, demasiado poco para un equipo que gastó tanto. Se tuvieron que volver antes para poder hacer un par de prácticas de fútbol que ya le empezaron a avisar a Gallardo que no iba a estar bueno el inicio de temporada.
3-Las bajas de los referentes.
River perdió de un saque a 3 jugadores históricos del plantel. Los nombres son pesados y siempre ese tipo de cambios golpea. La referencia primera es la del Pity Martínez quizá el 10 más influyentes de los últimos años y en especial contra Boca. La segunda fue la de Jony Maidana el zaguero central que más tiempo pasó en el club y el que más títulos obtuvo, una voz tremenda dentro del campo y en el vestuario. La tercera fue la de Rodrigo Mora y su retiro por lesión que dejó tristeza y amargura por el valor y la ascendencia del uruguayo en el plantel dentro de todo el proceso de Gallardo. Son y serán tres vacíos muy difíciles de llenar. Las llegadas del paraguayoRobert Rojas que debutó ayer, la de Suárez que podría hacerlo el miércoles y la inminente aparición de Jorge Carrascal son las apuestas aun inmaduras.
4-El calendario amontonado.
El cronograma de partidos pendientes del año pasado y el inicio rápido de la Superliga porque todo termina en mayo, puso a River en aprietos. Los dos partidos ante Defensa y Unión debieron ser los típicos ensayos de pretemporada, amistosos con prueba de suplentes y rotación. Pero acabaron siendo una apuesta de Gallardo para ver si se acercaba a los de arriba con los titulares. No salió bien. Derrotas y una imagen de cansancio notoria que obligó a un parate. Acto seguido vino Patronato y con jugadores habituales suplentes que tampoco hicieron una buena pretemporada siguió la mala. No debe haber muchos registros de 4 partidos oficiales en enero, algo que sólo le pasó a River. Y para colmo no hay muchas semanas de descanso porque tendrá 5 partidos en febrero y 6 en marzo como para seguir con el amontonamiento.
5-El recambio y los chicos.
La última explicación tiene que ver con rendimientos individuales. Gallardo necesita que los suplentes se sientan titulares. Eso por ahora no sucede y ya se notaba el año pasado. Lucas Martínez Quarta, Jorge Moreira, Bruno Zuculini, Nicolás De La Cruz y Camilo Mayada, más los chicos con menos responsabilidad como Cristian Ferreira, Kevin Sibille o Lucas Beltrán (no pudo contar con Julián Alvarez y Nahuel Sosa que están en el juvenil) le pudieron dar alguna solución alternativa al Muñeco en esta etapa. Si bien ellos tampoco pudieron completar la pretemporada sin llegaron con más descanso mental y con la chance fuerte de ganarse un lugar mientras los titulares descansan. Sin embargo, al menos hasta ahora parecen demostrar que Gallardo no tiene un equipo tan largo como parece.
comentar