La renovación generacional tan reclamada por muchos todavía ofrece algunos puntos sin solución. Mauro Icardi volvió a tener una chance como delantero de punta con la camiseta de la Selección Argentina. Pero una vez más, la dejó escapar.
Así como le había ocurrido en las Eliminatorias, convocado por Sampaoli para un par de encuentros en los que desperdició varias situaciones de gol, el centrodelantero del Inter tuvo una actuación con la le permitió, a los argentinos, no extrañar a Gonzalo Higuaín.
En mejor forma física, con gel en el pelo y el rostro protegido por cosméticos pero con la misma eficacia del Pipita. A Icardi le costó acomodarse en un lugar productivo en las inmediaciones del área y, así y todo, tuvo un mano a mano muy claro tras una asistencia de Tagliafico pero su definición de zurda fue tapada con el cuerpo por Ospina durante el tramo inicial del primer tiempo.
Icardi jugó como centrodelantero, con Maxi Meza como extremo sobre la derecha y Gonzalo Martínez por la izquierda; en la segunda parte ingresó Franco Cervi por el Pity, mientras que Scaloni mandó a la cancha también a Paulo Dybala. Pero ni a su lado entonces, ni con Lo Celso o con Palacios antes, Icardi logró conexiones interesantes como para ganarse un aprobado en el boletín de calificaciones.
Tuvo un rato, durante su último cuarto de hora en cancha, junto a Cristian Pavón, pero tampoco logró aportar peligro ni presencia. Le dejó su lugar a Giovani Simeone para los minutos finales.
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