Con ya 16 clásicos en su lomo, Leonardo Ponzio aún tiene las sensaciones casi amateurs de jugar estos partidos únicos e irrepetibles. Por eso dice: "Se sienten los nervios, y está bueno porque quiere decir que uno está presente y va a a ser un partido distinto al resto, porque hay muchos condimentos que te hacen sentir".
El capitán del equipo tiene algo especial en estos partidos y los recuerdos se remontan a 2007, cuando tuvo que jugar de lateral derecho y marcar a Rodrigo Palacios la tarde en que se consagró el Pipita Higuain. Y en estos tiempos le pasó de volver a meterse en el corazón de la gente, con lo que jugó en los partidos de la Copa del 2014 y 2015. Igual, no quiere hacer lío y evita recordar incluso el gas pimienta: “Ojalá que sea un partido de fútbol y sea una fiesta”.
Por eso se mete de lleno en el partido que se jugará el domingo en la Bombonera y en el valor que supone ese resultado. “La verdad es que nos jugamos mucho, y muchos equipos piensan en que nosotros podemos darles vida; y a nosotros, a pesar del partido menos que tenemos, nos va a marcar para seguir peleando ahí arriba. Nosotros podemos pensar ahora que cuantos más puntos le descontemos a Boca, y más enfrentándolo, es lo mejor que nos puede pasar. Después, el partido pendiente hay que jugarlo y no está nada dicho", contó Ponzio en la puerta del vestuario.
Sobre el desarrollo del juego y cómo se va a plantear el Superclásico desde lo táctico, opinó: “Ellos intentan jugar, nosotros también. Nosotros tenemos que confiar en nosotros, eso está claro. El rival hará lo suyo. Acá sabemos lo que podemos dar, no hay favoritos porque son dos equipos que juegan bien, tienen jugadores importantes que hay que neutralizar y nosotros debemos hacernos fuertes en nuestro juego, que es tener la pelota, y jugar como lo venimos haciendo. Con ese libreto estamos consiguiendo resultados. Ojalá salga".
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