Fútbol
El presidente de la Liga española es el nexo con Angelici y hablará ante los clubes argentinos interesados en mayo. Sus tratos con Tinelli en los 90 y la relación con Samper, dueño de la casa madre de Santa Mónica.
Es presidente de Liga de Fútbol Profesional (LFP), pero su escalada al trono tiene más de un peldaño que pintan a Javier Tebas como un personaje de contrapuntos. Se asume públicamente como un hombre de doctrinas de derecha -en su juventud fue parte de Fuerza Nueva, un movimiento de ultraderecha español- y no duda en considerar que si Catalunya logra su independencia tanto Barcelona como otros de la región dejarán de competir en la liga.
El 9 de mayo estará en Buenos Aires para hablar ante un auditorio de directivos de clubes argentinos que sueñan con una liga local que se refleje en el espejo de la de España. La Superliga que proponen los grandes -a excepción de Independiente- y que para sus detractores es la puerta de entrada de las sociedades anónimas deportivas en la Argentina. De hecho, el propio Tebas le confió a Angelici que para avanzar en una Superliga es necesario reformar el estatuto.
Para echar mano allí es necesaria una asamblea y es el equivalente a la reforma de la constitución de un país: se necesita acuerdo para tocar un ítem y conceder -justamente por esa enmienda- algún otro ajuste y es la oportunidad de tocar "intocables". Es la posibilidad de poner una coma después de la sentencia de que los clubes deben ser asociaciones civiles sin fines de lucro y agregarle "sociedades anónimas deportivas", por ejemplo y entre otras variantes.
Quien va a moldear el torneo argentino supo en España tiene sucursales de sus negocios en Buenos Aires. Tebas&Coiduras, es un estudio legal y contable con casa central en Madrid y sucursal en Buenos Aires, al igual que la división Law Sports el estudio en que da curso a todo aquello que tenga que ver con el asesoramiento a clubes.
Bajo esa estructura, antes de ser presidente de la LPF -claro-, fue abogado de clubes concursados por la Justicia como Rayo Vallecano, Mallorca o Valladolid, entre otros, por los que según publicaciones españolas conseguía 300 mil euros por cada uno. También representó a Mallorca, Betis, Logroñés, Xerez, Huesca, Badajoz y Cádiz -equipos en dificultades económicas-, ante la Liga que ahora preside.
Antes de ser elegido vicepresidente, primero, y actualmente presidente de la Liga, fue abogado del G-30, un grupo compuesto por equipos de Primera y Segunda española, que desembolsaba 1.500 euros mensuales por sus servicios. Pese a su compromiso con ese grupo, paralelamente defendió los intereses de Real Madrid y Barcelona en la negociación del contrato televisivo.
Incluso antes de eso, fue quien asesoró a Marcelo Tinelli cuando el empresario televisivo -y hoy candidato a presidir la AFA- compró el Badajoz a fines de los 90, y luego el administrador cuando el argentino se abrió del negocio.
Otro de sus lazos con conocidos del ambiente futbolístico argentino es el de Jesús Samper: dueño de la global Santa Mónica -controladora en un tiempo de un porcentaje menor de la local homónima-, con quien negoció a partir del Real Murcia.
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