El Monumental está vacío. El silencio se rompe leve y espaciado con algunos pájaros, con las indicaciones del profe Dolce a los jugadores que hacen tareas físicas atrás de un arco, con el ruido seco a pelotazo que lanza Gallardo para entrenar a Lux y con unos nenes del colegio que se asoman por un ventanal para gritarle al Muñeco lo que le van a hacer tronar el jueves los más de 55 mil hinchas: "Está noche cueste lo que cueste, esta noche tenemos que ganar". En medio de esta paz que no deja de sorprender y bajo un sol que alimenta la tranquilidad, el Millo volvió al trabajo a la espera de un partido histórico.
Si quiere seguir en la Copa deberá hacerle tres goles a Wilsterman y no recibir ninguno para forzar los penales. Luego de la inesperada caída del jueves pasado en Cochambama por 3 a 0 se vienen días donde la ilusión de seguir en la Libertadores va a depender de una noche mágica y perfecta. Por eso es que la previa cambió mucho y por eso para que está serenidad que guarda energías para el jueves no se rompa es que River volvió de San Juan directo a entrenarse al Estadio que los lunes no tiene actividad y mañana se encerrara en la lejanía del predio de Cardales para que el grupo se aísle y piense sólo en el partido ante el equipo boliviano que dio el batacazo la semana pasada.
El entrenamiento que se llevó a cabo durante casi dos horas en el Estadio tuvo por un lado tareas cortas y regenerativas para los que estuvieron en el viaje en San Juan y por otro lado lo importante, el Muñeco trabajó con los que van a jugar el jueves. Por lo pronto y para que vayan teniendo fútbol, los 9 jugadores que guardó Gallardo hicieron tareas en espacios reducidos. Lux al arco, Pinola y Maidana en la defensa, Casco y Pity abiertos, Ponzio en el medio y Nacho Fernández con Scocco y Enzo Pérez mostrando mucha movilidad, se llevaron las miradas del Muñeco. La pelota iba de banda a banda del equipo y la rutina consistía en la llegada a zona de gol de todos los volantes. Mientras Gallardo los aplaudía y los alentaba sentados a un costado del campo estaban los que jugaron y ganaron en San Juan.
Para completar la lista falta Moreira que cierra la habitual línea de 4 y el puesto que falta lo tiene a Borré en punta y con chances de atrás para Auzqui y algo más rezagado Rojas que jugó todo el partido frente a San Martín. Ahora, partir de mañana, todos concentrados en el Sifitel de Cardales, serán 60 horas de meter la cabeza y los sentidos en este partido que puede ser de ribetes milagrosos e históricos por la desventaja con la que arranca River.
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