A un año de su llegada como DT de San Lorenzo, el Gallego dijo que ese tiempo "no es poca cosa" y que desde el primer día trata de mandar un "mensaje claro".
San Lorenzo está de aniversario. Rubén Insúa, el padre la criatura y gran culpable de este presente azulgrana cumple un año en el banco de suplentes e hizo un balance del periodo en el que orienta al equipo. Desde que llegó, no solo lo levantó futbolísticamente, sino que restauró la relación con los hinchas. "Me gusta la química que se ha construido entre el equipo y la gente", valoró, aunque reconoció que "siempre hay que mejorar".
Hace exactamente 365 días, el Gallego ponía el gancho para agarrar a un Ciclón que venía sin rumbo. Con trabajo serio, silencioso y un "mensaje claro" le transmitió a los futbolistas el ADN sanlorencista.
"Cumplir un año en el fútbol argentino no es poca cosa. Es difícil describir con un número este año de trabajo, arrancamos en un momento no sencillo pero desde el primer día tratamos de mandar un mensaje claro hacia adentro del plantel. Trabajar mucho, conocer a los jugadores que había en el equipo. Lo que está pasando ahora es la continuidad de lo del semestre pasado, aunque siempre hay que mejorar", expresó Insua en declaraciones a Radio Rivadavia.
Y agregó: "Lo que vemos en el día a día es un motivo para que el público y los socios se sientan bien representados. Tenemos un plantel de buenos jugadores, buenas personas, buenos profesionales que le dan valor al lugar en el que están. Me gusta la química que se ha construido entre el equipo y la gente".
"El estadio está siempre repleto, el hincha apoya y en momentos difíciles ha levantado algunas actuaciones que no estaban del todo bien. Se disimulan los errores de los jugadores jóvenes, es una suma de factores. Yo desde el debut vi un par de cosas que me parecieron un buen mensaje, la gente siempre acompañó aunque no sabía con qué se iba a encontrar", continuó el DT.
Por otra parte, el entrenador abordó puntualmente el caso de algunos futbolistas con gran nivel, que acompañan el alentador presente del conjunto, peleando palmo a palmo el campeonato con River y dando batalla en la Copa Sudamericana. A continuación, el uno por uno:
El '10' del Ciclón se ganó un lugar como titular y es una de las figuras del equipo. Pero para lograrlo primero tuvo que pasar varias pruebas: jugó a préstamo en Defensa y Justicia, volvió a CASLA, lo cedieron nuevamente a Central Córdoba de Santiago del Estero y, tras ese regreso, el Gallego confió en él.
"Cuando lo vi aparecer en Primera con Diego Aguirre como entrenador ya me había gustado. Desconozco qué pasó después que lo prestaron dos veces. Cuando empezamos a entrenar, al cuarto o quinto día terminamos la práctica y nos quedamos hablando con el resto del cuerpo técnico. Me había gustado mucho su actitud, cómo trabajaba con intensidad, las ganas al mismo nivel desde que empezaba hasta que terminaba", detalló el DT.
"Es muy inteligente. Cuando el club tuvo que transferir a Nicolás Fernández Mercau, el jugador más cercano en cuanto a características era él. Le pregunté si se animaba y me dijo que sí, lo entendió rápidamente y solo le pedí agregar a sus cualidades una mayor dedicación a la marca de mitad de cancha hacia atrás. Es muy completo", describió sobre el futbolista que es clave en el funcionamiento del equipo.
"Cuando llegué había jugado muy poco, lo habían prestado a San Martín de San Juan y tuvo una lesión en la rodilla. Entró como líbero por un desgarro de Cristian Zapata y, cuando volvió el colombiano, pasó a la izquierda. Tuvo una evolución muy notoria y en poco tiempo. Tiene mucho temperamento, es joven, humilde y trabajador. Tiene un grandísimo futuro por delante", remarcó sobre Hernández.
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