Sampaoli, nacido en Casilda, Santa Fe, devoto de las ideas de Marcelo Bielsa, tuvo una trayectoria interesante y extraña. En el fútbol argentino, solamente dirigió ligas del interior: fue entrenador de clubes de su pueblo, sin éxitos rutilantes. Pasó por las inferiores de Newell's, y siguió con un itinerario latinoamericano: Perú, Chile, Ecuador y Chile, nuevamente, donde encontró su lugar en el mundo. Primero fue O'Higgins, después Universidad de Chile, un gigante de ese país.
Allí fue campeón del campeonato local y de la Copa Sudamericana, el primer logro continental del Azul. Dominador del fútbol trasandino, fue el sucesor natural de Marcelo Bielsa en el seleccionado chileno. Brilló en el Mundial de Brasil, con un triunfo categórico ante España, y eliminación por penales ante el local. Y se lució en su país, como anfitrión -y campeón- de la Copa América.
Por ese mérito, el hombre que dirige todos los partidos con una foto de su padre en la billetera, está entre los grandes técnicos del mundo. No la tendrá fácil: Pep Guardiola arrasa en el fútbol alemán con un fútbol sublime; Luis Enrique ganó la Champions League, Copa del Rey y Liga de España con un Barcelona que juega cada vez mejor.
Humilde, trabajador, silencioso, Sampaoli busca dar un nuevo batacazo en su carrera.