“Están cagados” parece decirle Teo Gutiérrez a los hinchas de Boca. El colombiano tuvo una semana caliente.
Fútbol
Teo, de héroe a villano
en un viaje sin escalas
Se había sumado al plantel sobre la hora de este partido clave. Sin embargo, Simeone le respetó la titularidad y al delantero se le volvió a salir la cadena: pechó al árbitro, vio la roja y se fue haciendo gestos.
Debutó con la camiseta de Racing en febrero del año pasado, justamente contra Boca. Al poco tiempo, a fuerza de goles y calidad, se transformó en la sensación del fútbol argentino. Teófilo Gutiérrez, el colombiano que sorprendió al mercado local con su aparición fulgurante, antes de cumplir un año en Avellaneda dejó en claro que funciona sólo en dos modalidades: Muy Bien o Muy Mal. Con un promedio de gol muy alto, Teo no tardó en convertirse en un arma letal para este Racing que, cuando se estaba armando para ser uno de los grandes protagonistas, perdió a su otra carta de triunfo, Giovanni Moreno, por una seria lesión de ligamentos. Gutiérrez se puso entonces el equipo al hombro, rompió redes y sistemas defensivos y se apoderó del cariño de la gente. Una pelea en uno de sus primeros entrenamientos con el arquero de Reserva Mauro Dobler, encendían una luz de alerta en el tablero de comandos que pronto se disimuló con sus formidables actuaciones.
Arrancó el actual Apertura enchufado, con desempeños que sirvieron para preparar el terreno para el regreso de su compatriota Gio y así formar una dupla ofensiva temible. Pero su fuego en el área se apagó y, conforme los goles empezaban a escasear, los cortocircuitos afloraban. Actitudes que molestaban al plantel, cruces con los rivales, amonestaciones por golpes fuera de lugar, una expulsión ante Arsenal, su negativa a viajar a San Juan por “sentirse mal” pese al pedido del cuerpo técnico para que hiciera el esfuerzo y su último capítulo con el retraso de Colombia y la llegada sobre la hora del trascendental juego ante Boca, tras lo que, y priorizando el potencial del equipo, Simeone le ratificó la titularidad. Pero “otra vez sopa”. Jugó el clásico en un mundo personal; peleó con todos los defensores de Boca, habló siempre, simuló golpes y reclamó de manera violenta (pechando al árbitro) un supuesto penal, lo que le valió la opinión.
Pero había más para su bochornosa actuación. Se fue haciéndole gestos a la hinchada de Boca en una actitud totalmente fuera de lugar. Lo que pasó luego en camarín, aún no trascendió, pero se pueden imaginar caras de pocos amigos. Teo iba a ser reemplazado en la jugada siguiente, pero su expulsión dejó al equipo con nueve. Simeone se excusó de hablar del delantero: “No voy a opinar de Teo”, toda una señal. Yacob, por su parte, también esquivó hacer referencias: “No vi la jugada de Teo, pero sí me pareció que el árbitro se apuró con la expulsión de Pellettieri”. Racing quedó afuera de la pelea. Teo deberá cumplir -al menos- una fecha de suspensión (fue expulsado por doble amarilla pero sus gestos al final podrían agravar su sanción). Su falta de profesionalismo ayer golpeó a la puerta de los límites ¿habrá jugado sus últimos 76 minutos con la camiseta de Racing?