La lluvia, un imprevisto que pasó por agua la agenda de la Selección argentina, porque la suspensión del choque con Brasil, que fue programado para hoy, nuevamente a las 21, obligó a que el cuerpo técnico que encabeza Gerardo Martino tuviera que improvisar una actividad para que los jugadores se movieran un rato, aunque sea de manera recreativa e informal, y por eso, se organizó de apuro un entrenamiento en uno de los gimnasios cerrados del Monumental, donde más allá de los ejercicios de estiramiento, hubo un campeonato de fútbol cinco, antes de volver a la concentración en Ezeiza.
Lo cierto es que cuando la Selección Argentina arribó al estadio de River, ya había tomado forma la especulación que hablaba de una posible suspensión del encuentro, tanto por el estado de campo de juego, como por las inundaciones en las adyacencias al Monumental.
Entonces, los futbolistas albicelestes se metieron al vestuario, una hora y media antes del horario pautado para el clásico con Brasil, distendidos, sin gestos de preocupación, ya sabiendo que la lluvia iba a ser la protagonista de la noche. "Era imposible jugar así. Había mucho riesgo de lesiones", contó Elvio Paolorosso, el preparador físico del plantel.
Entonces, Martino habló con sus colaboradores, para generar alguna actividad, y rápidamente surgió uno de los gimnasios del estadio como el escenario adecuado para que Higuaín, Di María, Mascherano y compañía, pudieran moverse un ratito, sin exigencias.
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