En el verano de 2014 hubo varios episodios
La tragedia del 9 de enero de Villa Gesell, a causa del rayo que mató a cuatro adolescentes, tuvo, en ese mismo verano de 2014, otros episodios que llamaron la atención y sentaron un precedente.
Hasta entonces, a las tormentas eléctricas en la paya, se les tenía un respeto relativo.
La mayor recomendación pasaba por el grito de los padres a sus hijos para que salieran del mar; es decir que, la idea general, pasaba por evitar estar mojado o adentro del agua, para evitar los riesgos de la caída de un rayo.
Algo que quedó totalmente desacreditado con el rayo fatal que mató a los jóvenes que se protegían debajo de una carpa de madera y lona.
Unos días después, el 18 de enero, otros dos rayos cayeron en Mar del Plata.
Fue en una de las playas Alfar y Waikiki (cerca del faro), entre las 17.45 y las 18. En este caso, se registraron cuatro personas heridas que no revistieron mayor gravedad.
Luego, el 23 de enero, otra vez en Villa Gesell, un rayo destruyó la vivienda de una mujer ubicada en las calles 132 y 8. Tampoco hubo que lamentar víctimas fatales.
Además, el 5 de febrero, y a apenas ocho cuadras de distancia del Balneario Afrika, una nueva descarga eléctrica tocó tierra en la antena parabólica de la agencia de Lotería ubicada en Avenida 3 y 128.
El rato afectó todas las instalaciones eléctricas del local y de los negocios cercanos.
No había pasado un mes de la tragedia en la playa y, las tormentas eléctricas, instalaban su reinado de temor que impulsó a los municipios de toda la franja costera al anuncio de la instalación de pararrayos (tarea que no se efectuó) y, además, a la creación de una nueva bandera precautoria en las playas: la negra cruzada por un rayo que, además de prohibición de baño indica la recomendación de abandonar la playa.
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