"Las chicas quieren guerra antisubversiva", proponía la contratapa de la edición 193 de la satírica Revista Barcelona, y allí se la podía ver a la ultradefensora de la Dictadura Militar, Cecilia Pando, desnuda, atada en una aparente práctica sexual sadomasoquista. Era un fotomontaje, claro.
Los días previos a la salida de ese número, Pando se había encadenado al Edificio Libertador para reclamar por la detención de militares procesados o juzgados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.
Pando no se la bancó y, primero, presentó una acción de amparo y pidió una medida cautelar para que se retire la revista de los kioscos por medio de las fuerzas de seguridad. Esa medida fue negada por el Juzgado Nacional de primera instancia en los Civil N° 108, según puntualizó Infojus, Pando apeló y finalmente la Sala D de la Cámara Civil revocó el fallo de primera instancia y le dio la razón. Se ordenó retirar los ejemplares y se prohibió su distribución.
Pero la esposa del Mayor Pedro Rafael Mercado fue más allá y demandó civilmente a Barcelona por "daños y perjuicios sustentados en severo agravio moral". Pando considera que este agravio moral fue "inflingido intencionalmente" y pide 70 mil pesos de indemnización.
"Siendo conocida mi militancia a favor de los valores tradicionales, de la familia, en contra del aborto, se busca herirme injusta e innecesariamente en mi pudor", argumenta Pando. También dice que la contratapa le dejó a ella y a su familia "un sabor amargo de dolor y miedo".
Las audiencias del juicio arrancaron este martes. Los primeros en declarar serán Ingrid Beck, directora de la revista, y Mariano Lucano, codirector. También declararán Pando y su amiga María Inés Lamolla de Plá, esposa del ex subjefe de la Policía de San Luis, Carlos Esteban Pla, condenado por privación ilegítima de la libertad agravada, tormentos agravados, homicidio doblemente agravado por alevosía y premeditación por 3 hechos en concurso real calificados como delitos de lesa humanidad.
Barcelona y la libertad de expresión
La clásica revista satírica que promete desde su slogan "una solución europea para los problemas de los argentinos" y, desde el humor, la ironía y el sarcasmo, lo logra, basa su defensa en dos ítems: la militancia pública de Pando en favor de los militares responsables del genocidio ocurrido en Argentina entre 1976 y 1983 y el ejercicio de la libertad de expresión.
En diversas situaciones, Pando protagonizó varias situaciones de confrontación, agitación y gritos en la calle y actos públicos. "¿Hasta qué punto la actora puede sentirse agraviada por una fotografía que reconoce estar modificada y por frases notablemente exageradas cuando es ella misma la que busca destacarse llevando a cabo actos que exceden al orden normal de las cosas?", se pregunta Barcelona.
Desde la revista, aseguran que "que no hay ningún contenido erótico ni pornográfico en sus publicaciones", es decir que no es en esa clave que debe interpretarse la imagen. La revista ejerce la sátira y la parodia, precisan. Y "no hizo otra cosa que reflejar la noticia protagonizada por la actora utilizando el recurso de la sátira y parodia característico" de ese medio. "De ningún modo se quiso afectar la honra y el honor de la Sra Pando, sino que se satirizó una noticia pública", concluyen.
"Pando quiere dinero y a los medios independientes pagar los gastos de un juicio nos parte", declaró esta mañana Ingrid Beck, en diálogo con Radio América. La directora de Barcelona fue contundente: si Pando ganara el juicio "tendríamos que cerrar".
La revista concluye que "desde el punto de vista jurídico, cabe concluir que está totalmente permitido por el derecho nacional y comparado ejercer el derecho de sátira como lo hace la Revista Barcelona sin tener que responder civilmente".
La causa está el Juzgado lo Civil N 108, a cargo de la jueza Susana Novile.
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