E l cruce de declaraciones entre el gobierno porteño y la comunidad educativa de los institutos terciarios por la creación de una universidad pedagógica en la Ciudad, que implica el cierre de 29 profesorados, siguió ayer después de la protesta durante la inauguración de la Feria del Libro, que generó una fuerte condena de las autoridades.
La ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, criticó ayer la protesta al afirmar que su primera reacción fue de “desilusión”, por “una situación donde se violenta la palabra”, aludiendo a la interrupción del acto inaugural por parte de docentes y estudiantes.
A su vez, el ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, dijo a través de las redes sociales que “una patota de autoritarios nos impidió hablar en la inauguración de la Feria del Libro. Pretender dar lecciones de democracia acallando voces tiene un único nombre: fascismo”.
Por su parte Claudia Soto, integrante del Consejo de Educación Superior de Gestión Estatal (Cesge) y vicerrectora del Instituto Joaquín V. González, expresó que quienes se manifestaron el jueves en la Feria del Libro “no son dos o tres activistas que están tratando de generar caos, somos 29 instituciones, donde las autoridades, los docentes y estudiantes estamos preocupadas por el intento de cierre de los profesorados”.
Aclaró además que desde “el 22 de noviembre pasado, en que nos enteramos por los medios de comunicación de este proyecto, estamos buscando ser escuchados para que lo retiren y abrir el debate en nuestras comunidades, donde contamos con los medios democráticos para generarlo”.
“Estamos orgullosos de la posibilidad de generar debates dentro de nuestras instituciones y de repensar permanentemente las prácticas pedagógicas”, destacó Soto.
En tanto, el proyecto, que fue presentado en la Legislatura porteña a principios de diciembre del año pasado y que se encuentra actualmente en debate en el recinto, fue definido ayer por la ministra Acuña como “una propuesta de diseño institucional diferente para la formación docente, para que se debata”.
La funcionaria precisó que la iniciativa oficial tiene que ver con “entender que la clave de la transformación de los procesos educativos en la Ciudad están basados en la formación docente”.
“Por eso -continuó- este modelo institucional habilita tres grandes procesos, la investigación de prácticas pedagógicas, la tarea docente, y la extensión universitaria, que tiene que ver con la formación docente continua y de acompañamiento de las escuelas”.
La funcionaria consideró que el proyecto oficial “garantiza la continuidad de todos los docentes” y que “con este cambio apostamos a que más jóvenes quieran estudiar la carrera docente”.
Ante la pregunta de por qué hay un rechazo unánime al proyecto por parte de los 29 institutos, dijo que es por “un fuerte temor al cambio” y confió en que a medida que avance la iniciativa, se va a aceptar.
Por el contrario, la vicerrectora Soto destacó que “nosotros promovemos los cambios, lo que nos asusta es que destruyan nuestra sistema de formación y por ende el sistema educativo, porque eso redunda en qué docentes van a tener nuestros niños y adolescentes de la ciudad”.
Además, añadió que “este proyecto atenta contra la educación pública; el Estado no puede delegarla a un grupo de unos pocos que no sabemos quiénes son ni cómo van a ser elegidos, y el hecho de que el Estado delegue esta responsabilidad es muy grave”.
Soto recordó que “tenemos institutos de excelencia como el Joaquín V. González, que tiene 114 años, y escuelas normales de 150 años, en donde el problema va a ser la ruptura de las unidades académicas, que es lo que le dan sentido a las escuelas normales, porque además de formar a los niños investigan sus prácticas y las van mejorando”.