"Yo sólo grité que iba a morir gente, que iba a morir gente, que iba a morir gente", repetía Pedro, el encargado del edificio donde se originó la explosión que ocasionó, hasta el momento, 12 muertos, y más de 60 heridos.
Pedro fue uno de los testigos que vio al gasista trabajar, llamar por teléfono y luego irse. "El gasista me dijo que venía a cambiar el regulador", afirmó y agregó: "yo hablé con él. Él no tuvo tiempo de avisar, él cometió un error grave".
"Explotó delante de mi cara", expresó el encargado. "Yo sé que había gente ahí adentro, yo vivía más con esa gente que en mi casa, es muy triste pensar que un tipo pudo haber matado a tantas personas", destacó, nervioso y angustiado.
Cuando lo interceptó la prensa, Pedro manifestó que había vuelto al edificio para saber de Lidia Labolio, una mujer de unos 80 años que vive allí y que él cuidaba.
Cuando los periodistas volvieron a preguntarle sobre el accionar del gasista, el encargado repitió que, supone, "no tuvo tiempo de avisar". "Él me dijo que llamó a emergencia... se subió a la chata y se fue. Y el ayudante disparó para otro lado, también se fue", concluyó.
El gasista no pudo hablar por "una crisis nerviosa"
El gasista matriculado involucrado en la explosión de Rosario, Carlos Osvaldo García, estaba, al momento de presentarse ante el juez, en "un estado de crisis nerviosa".
Así lo confirmó su abogado, Hugo Bufarini, quien aclaró que, por ese motivo, aun no pudo mantener una conversación profunda con su cliente.
"Desde el primer momento, nos ofrecimos a la autoridad judicial para brindarle la presencia de este señor (García), en cuanto su salud se lo permita", amplió el letrado.
Bufarini desmintió que su cliente haya sido detenido. "No hubo detención, su estado de salud no le permitía desplazarse ni mucho menos, (García) no podía hablar (y eso) fue verificado por el médico judicial", detalló.
Por último, el abogado aseguró que la pérdida de gas que ocasionó la explosión "debía ser arreglada por la empresa (Litoral Gas)".
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