Cuestión de peso: crecen estafas con las balanzas electrónicas

Por MAXIMILIANO F. MONTENEGRO.- Marcelo vive en La Reja y de paso por Morón compró dos kilos de berenjenas en una verdulería. Apenas el vendedor le entregó la bolsa sintió que el contenido era demasiado liviano. Cuando llegó a su casa, hizo la prueba con una balanza hogareña y descubrió que le habían entregado 400 gramos menos. El episodio ocurrió días pasados y es apenas un ejemplo de una flamante modalidad delictiva llevada a cabo por verdaderas organizaciones que adulteran balanzas comerciales electrónicas para estafar a los clientes. Acerca del tema, Luis Vicat, licenciado en Seguridad Pública, sostuvo en diálogo con DIARIO POPULAR que “la modalidad está en permanente crecimiento, y es ejecutada por delincuentes especializados en electrónica que adulteran mediante un software (programa de computación) las balanzas de los comercios, principalmente los equipos instalados en carnicerías, panaderías o verdulerías, entre otros”. “Cada uno de estos delincuentes tiene una cartera de clientes importante, y viven de eso. Siempre depende de la importancia del local comercial, pero calibrar una balanza puede tener un costo promedio de 150 pesos. Se hace en pocos minutos y el ‘técnico’ asiste al local cada 30 o 40 días para recalibrar el sistema”, dijo Vicat. También brindó detalles sobre la oscura modalidad Fernando, un ex empleado de frigorífico. “En el lugar donde trabajé, en Lomas del Mirador, esto comenzó hace un par de años. Empezó a venir un técnico todos los meses, con una computadora y cables. Enchufaba todo a la balanza que teníamos para la venta al público y a los pocos minutos se iba. No sé cuánto le pagaban, pero todos sabíamos que pinchaba la balanza para que pese de más”, dijo la fuente, agregando que “lo llamaban por teléfono de todos lados, se veía que tenía muchos clientes”. Vicat, en ese sentido, explicó que “el fraude al cliente, al consumidor, es enorme, y tenemos un evidente falta de control sobre los aparatos que pesan en los negocios”, indicando que “actualmente tenemos la paradoja de la tecnología, que aporta muchos beneficios, pero al mismo tiempo permite que los fraudes y estafas sean más fáciles de concretar”. Marcelo, tras descubrir la estafa a la que había sido sometido al comprar dos kilos de berenjenas que, en realidad, constituían poco más que un kilo y medio, indicó que tuvo “el impulso de hacer la denuncia”, pero luego lo descartó “porque seguro me metía en un lío bárbaro, pero a partir de esto peso casi todo en casa luego de comprar”.
“Una mentira total”
Fernando, en tanto, comentó que “en el frigorífico la balanza pesaba 80 o 90 gramos menos por kilo, no era mucho, pero como la cantidad que se vendía era importante, la ganancia extra del dueño también lo era”, precisando que “el reloj digital marca algo y la gente está viendo eso, pero es una mentira total”. Consultado acerca de si este tipo de fraude comercial está generalizado, el especialista Vicat explicó que “claramente está creciendo, son verdaderas organizaciones que tienen clientes por todos lados, y no cuesta mucho conseguirlos, porque la ganancia es mucha en relación al costo de mantenimiento del técnico”. “La delincuencia se viste de distintos ropajes, siempre está buscando nuevas formas de infringir la ley. Al ciudadano, en ese contexto, no le queda otro camino que estar prevenido. Por ejemplo, en relación a los fraudes con balanzas comerciales, hay que tomarse el trabajo de chequear lo adquirido en casa o en otro negocio”, cerró Vicat.