El trabajo realizado en el sitio justicia colectiva, ya citado en otras oportunidades nos pone blanco sobre negro la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran muchos ciudadanos, frente al estimulo de consumir mas allá de las posibilidades concretas de su presupuesto, y las estrategias de varias entidades financieras, crediticias o de comercialización masiva para brindar ventajas en cuotas que luego son trampas difíciles de salir. Hay deudas que generan en los consumidores una situación de quebranto: la exigencia de pago de deudas de origen desconocido (muchas veces por deudas derivadas de servicios que fueron expresamente rechazados por el consumidor o que se suponían ‘bonificados’ o peor aún, de origen totalmente desconocido y no acreditado). Usualmente, el reclamo por parte del proveedor de estas deudas es imposible por los canales formales, dado que no puede acreditar siquiera su origen, situación que no impide el intento de cobro. La exigibilidad de este tipo de deudas, como expondré en otro punto, necesita, para lograr su cobro, de medios informales de coacción.
Todas estas distintas variables de origen, usualmente se terminan acumulando y generan la imposibilidad de afrontar los pagos, situación que todavía se ve agravada incluso por la excesiva tasa de interés que muchas veces estas deudas implican (en particular los préstamos personales atados a la compra directa de productos en los comercios). En resumen: el consumidor contrae deudas por muchos motivos, pero en general desconoce datos básicos de la operación y difícilmente la comprende, cayendo por si fuera poco ante distintas coacciones para generar el pago de deudas que ni siquiera son exigibles por los carriles formales, agravando todo esto las tasas desproporcionadas con las que actualmente se manejan los sectores de menores ingresos y de menor bancarización.Una denuncia que formó parte del trabajo estadístico (3) realizado en el Juzgado de Faltas con competencia en Defensa del Consumidor de La Plata, puede dar una visión integral y práctica de la problemática arriba esquematizada.
En el relato que conformó la denuncia, el consumidor afirma que se encontraba observando un televisor en la vidriera de un local de electrodomésticos. Se le acerca un vendedor a preguntarle si podía ayudarlo, a lo que el consumidor le comenta que mira, pero que no puede adquirir ninguno porque no tiene trabajo. El vendedor le consulta si tiene tarjeta de crédito, y le contesta que sí, pero con un límite que no alcanzaría para una compra de ese tipo. El vendedor le pide sus datos y le dice que espere un momento. Vuelve a los pocos minutos y le cuenta que puede comprar el televisor más caro en exposición. Con esta nueva posibilidad, y la ayuda del vendedor, el consumidor adquiere un televisor con las mejores prestaciones y un costo relativamente elevado. Al volver a su domicilio y al enterarse su familia de esto, comienzan a revisar lo firmado, dándose cuenta de que no solo compro un televisor con un costo altísimo, sino que a este se le sumó más de un tercio extra en concepto de ‘garantía extendida’, y otra quinta parte por ‘gastos de otorgamiento de financiación’ del propio local.Sumado al monto -de por sí totalmente fuera de las posibilidades de pago-, todo esto se financió en dos créditos personales en 24 cuotas cada uno. Al terminar de revisar lo firmado, el televisor que originalmente tenía un costo de $6.000 (en el año 2009), terminó implicando una deuda total a dos años de $21.580, a una tasa estimada (ya que no se le informó la relación de cada crédito con el monto financiado) de 115% anual.En este ejemplo, se encuentran casi todas las causas vistas más arriba:falta de información al consumidor (nunca se le explico la mecánica del crédito, no se le explicó la tasa de interés, ni qué estaba comprando o cómo), la colocación de crédito en personas sin recursos (el consumidor manifestó no tener trabajo y, sin embargo, se incentivó activamente la adquisición de una deuda de difícil repago), el cobro por servicios no solicitados (garantía extendida), el cobro de cargos claramente abusivos (4) (cobrar por colocar deuda que incluye también una ganancia) la colocación a una tasa usuraria (115% de interés anual) y la compra compulsiva de parte del consumidor por fuera de su capacidad de pago.El ejemplo repasado muestra una situación común de entre las que llegan al sistema de defensa de los consumidores a diario, y es muestra de la gravedad y multiplicidad de problemas que dan inicio a una situación de sobreendeudamiento. Pero no solo es posible que la situación de origen derive en la imposibilidad de pago, sino que la evolución de la relación puede derivar en dicha imposibilidad.
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