No es nada nuevo explicar que cada día las personas viven más apuradas y que el desorden de la ciudad, sus ruidos y sus luces estresan a la mayoría. Por eso, es importante mantener la casa ordenada ya que es uno de los pocos lugares sobre los que uno tiene pleno control, y eso se convierte en una de las mejores maneras para reducir la ansiedad y lograr un mejor balance entre lo social y lo laboral.
Se sabe que tener una vida en la cual el orden (desde lo estético hasta uno organizacional) es un punto importante, tiene muchísimos beneficios: tendrá efectos positivos sobre la calidad del sueño, el humor, la productividad y la buena disposición laboral.
Disminución del estrés: la mente agradece el estar en un espacio ordenado, despejado y en el que reine la simetría. Ayuda a organizar los pensamientos y disminuir la ansiedad y el estrés.
Mayor concentración: cuando uno está en un ambiente con muchos estímulos, desorden y caos a la mente le cuesta más mantener el foco en una sola cosa y se distrae con mayor facilidad. Tener un ambiente ordenado permitirá concentrarse más fácilmente.
Fomenta la creatividad: dedicar tiempo a organizar la casa y buscar soluciones que se adapten a cada espacio ayuda a potenciar la capacidad de crear soluciones imaginativas, lo cual puede luego traducirse, por ejemplo, al plano laboral.
Contribuye a descansar mejor: aunque no lo parezca, mantener el dormitorio limpio y ordenado es el primer paso para asegurar un buen descanso.
La regla de los 2 minutos dice que, si la tarea lleva menos de dos minutos en realizarse, no hay que dejarla para más tarde, sino hacerla en ese momento. La idea es poder generar un hábito que permita aprender a ser proactivo y no dejar las cosas para después, no "patearlo" para más tarde.
Siempre es preferible evitar que se acumulen las tareas y que algo que generalmente tomaría tan sólo dos minutos, de la nada tome cerca de una hora. Es más fácil sacarse las cosas de encima, rápidamente, que luego tener que dedicar un día entero para hacer todas esas pequeñas cosas que se podrían haber hecho antes.
Aunque algunas puedan parecer una obviedad, generar estas costumbres puede ser la clave para terminar con las jornadas eternas e infructuosas de limpieza.
comentar