El Paseo de Bajo es una obra faraónica que asombra al ver sus números. En 7,1 kilómetros de extensión entre las Autopistas 25 de Mayo y Arturo Illia forman parte de un trabajo intenso realizado en dos años, en el cual se empeñaron 3.500 trabajadores durante las 24 horas.
Los trabajadores comenzaron en enero de 2.017 y se inaugura este lunes en un "tiempo récord", de acuerdo a lo remarcado por las autoridades del Gobierno de la Ciudad.
El trayecto está compuesto por doce carriles: cuatro para camiones y micros de larga distancia, que poseen acceso directo al puerto y a la Terminal de Ómnibus de Retiro, y ocho para vehículos livianos distribuidos sobre la avenida Moreau de Justo y Huergo.
En todo el proceso intervinieron tres contratistas y más de 20 organismos estatales entre la Administración General de Puertos, el ministerio de Transporte de Nación y la dirección de tránsito de la Ciudad, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte.
Tuvo un costo cercano a los u$s 650 millones que fueron financiados por un préstamo internacional del Banco de Desarrollo de América Latina CAF de u$s 400 millones. Además, hubo fondos propios de la Ciudad y la Corporación Antiguo Puerto Madero por un total de u$s 250 millones.
En los dos años, se emplearon 3.500 personas entre profesionales y operarios, los cuales fueron repartidos en turnos en las 24 horas del día. 200 mujeres también aportaron su esfuerzo para lograr el objetivo histórico.
A la par, unas 300 máquinas excavadoras realizaron pozos profundos y 350 camiones extrajeron el millón de metros cúbicos de tierra.
Esa tierre removida fue directo a rellenos del puerto y a la nueva ampliación de Aeroparque para ganarle terreno al Río de la Plata.
Como parte de un plan para llegar a 2.023 con autopistas sin peaje, el Paseo del Bajo cuenta con el sistema Free Flow. Es decir, no posee cabinas ni barreras, sino que los vehículos deberán poseer la oblea del Telepase para que sea leída por portones colocados en ambos extremos.
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