La mujer se había sometido hace unos 10 días a una cirugía estética de rejuvenecimiento en la cara, con una técnica que utiliza “hilos de oro”, y ya tenía el alta dada por los especialistas que la asistieron en un centro estético porteño.
Patricia Villares, la mujer del sindicalista Pablo Moyano, murió ayer en una clínica del partido bonaerense de Avellaneda, tras haber sufrido una descompensación cuando se recuperaba de una cirugía estética, según confirmaron fuentes médicas y policiales.
En las últimas horas, la mujer de Pablo Moyano, de 40 años y madre de un niño, ingresó de urgencia a la clínica 15 de Diciembre II, en Zeballos 833, en Avellaneda, donde intentaron sin éxito reanimarla.
Complicaciones
Por el momento, se desconocen las causas que produjeron el deceso de la mujer del secretario adjunto de la Federación de Camioneros, aunque según trascendió el fallecimiento estaría vinculado con una operación de cirugía estética que se complicó.
Según trascendió, Villares se había sometido hace unos 10 días a una cirugía estética de rejuvenecimiento en la cara, con una técnica que utiliza “hilos de oro”, y ya tenía el alta dada por los especialistas que la asistieron en un centro estético porteño.
El miércoles por la noche, la mujer comenzó a sentirse mal, sufrió una descompensación y tuvo que ser internada de urgencia en una clínica del gremio de los camioneros, donde le diagnosticaron una infección y en las primeras horas del día de ayer murió.
Allegados Hugo Moyano, titular de la CGT y suegro de la fallecida, señalaron que la mujer “se sintió mal y fue a la clínica; no sabemos bien qué pasó”.
“Es todo muy sorpresivo y repentino. Estaba lo más bien”, indicaron voceros gremiales.
La clínica en la que murió Villares es una de las cuatro clínicas de la Obra Social de Camioneros preparada para atender urgencias las 24 horas.
El cuerpo de la nuera del titular de la CGT Hugo Moyano fue llevado a la casa velatoria La Italo Argentina, ubicada en la avenida Pavón 4383, en el barrio porteño de Boedo, y hoy será inhumado en el Cementerio de Pilar.
En el caso tomó intervención personal de la Unidad Funcional de Instrucción número 2 de Avellaneda, a cargo de Mario Prieto.
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