El 9 de julio de hace diez años un suceso conmovía a la ciudad de Buenos Aires: nevaba tras casi un siglo de registrarse por primera vez un acontecimiento similar, pero lejos de aquel frío invierno de 2007 en que los porteños salieron entusiastas a ver la nieve en las calles y plazas y fue una fiesta, las temperaturas de estos días son muy elevadas y no se prevén lluvias de copos blancos.
Ese día fue lunes y amaneció con temperaturas muy bajas y una sensación térmica que rozaba los cero grados; desde el viernes anterior una corriente de aire frío comenzó a subir desde la Patagonia y el fin de semana medio país sintió temperaturas muy bajas. A las 3 de la tarde comenzó a cambiar la fisonomía de la Ciudad y las plazas, árboles y autos comenzaron a quedar bajo un manto blanco que ofrecía un espectáculo único para todos los vecinos.
Llovía desde las 9 de la mañana y “a las 15 fue el primer reporte de nevadas en el Observatorio Central Buenos Aires que continuó hasta la una de la madrugada del 10”, aseguró Cindy Fernández, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Los diarios mostraron al día siguiente las imágenes de distintos lugares de la Ciudad cubiertos de blanco como la Plaza de Mayo, el Obelisco, autos bajo una gruesa capa de nieve, muñecos blancos, y la gente en la calle, la noche anterior, festejando alegre, mientras los titulares recordaban que después de 89 años volvía a nevar en Buenos Aires.
Era 9 de julio y se conmemoraba un aniversario más de la declaración de la Independencia, la que votaron en 1816 los diputados de las provincias para ser una “nación libre e independiente” de España y de “toda otra dominación extranjera”, mientras el frío intenso recorría todos los rincones porteños.
“Hoy es completamente distinto, las temperaturas están altísimas”, dijo Fernández tras explicar que una de las condiciones que hizo posible aquel fenómeno fue que las temperaturas eran muy bajas desde la superficie terrestre hasta niveles medios de la atmósfera.
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