Se trata de un estudio sobre la problemática realizado por la organización no gubernamental Defendamos Buenos Aires, que contabilizó alrededor de 250 limpiavidrios operando en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y unos 200 en el Conurbano Bonaerense.
Legisladores porteños y bonaerenses presentaron en sus respectivas cámaras proyectos que contemplan la regulación o directa prohibición para los limpiavidrios y trapitos. En ambos distritos, aún no se logra elaborar una ley que cuente con los votos de la mayoría.
El abogado Javier Miglino, titular de la entidad que efectuó el estudio, denunció que "se observa un verdadero 'tsunami' de limpiavidrios en toda el área metropolitana", y mencionó que "es una banda enorme, violenta y cada vez más descontrolada de hombres de entre 18 y 30 años que lleva a cabo una tarea que nadie desea e inútil, a punto tal que mejor les cabe el nombre de 'ensucia-vidrios'".
Esquinas claveEn torno al trabajo, Defendamos Buenos Aires confirmó que sólo en Capital Federal "unos 250 'limpiavidrios' se desparraman en 50 esquinas perfectamente establecidas en los barrios de San Nicolás (Centro), Palermo, Flores, Almagro, Liniers, Belgrano y Recoleta".
Al margen de las molestias que, en ocasiones, generan a los automovilistas, el trabajo de la organización sostiene que dentro de los grupos de limpiavidrios se desempeñan bandas delictivas. "En general roban billeteras, teléfonos celulares, anteojos de sol y arrebatan con violencia GPS y cadenitas de oro a las víctimas que confiadamente bajan las ventanillas", dijo el abogado Miglino.
En ese sentido, se señala que ya hay verdaderas zonas rojas de robos y arrebatos. Se trata de los siguientes cruces: Santa Fe y Juan B. Justo; 9 de Julio y Juncal; 9 de Julio e Independencia; Córdoba y Juan B. Justo; 9 de Julio y Venezuela; Rivadavia y Pedernera; y Santa Fe y Godoy Cruz.
"Es un negocio criminal redondo porque en cuestión de segundos los delincuentes se alzan con un botín promedio de 2.500 pesos. Salen corriendo y a los pocos minutos vuelven a robar. Incluso en algunos casos de robo simulan peleas entre limpiavidrios 'honestos' y 'criminales' en la misma esquina, pero la verdad que como en el caso de los pungas, solo se trata de una puesta en escena para seguir robando", explicó Miglino.
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